Andorra es un país único. Está enclavado en el medio de la cordillera montañosa de los Pirineos. Sus jefes de estado son el primer ministro de Francia y el Obispo de la Seo de Urgell, localidad leridana próxima a esta diminuta nación. Su lengua más hablada es el catalán aunque casi todos sus habitantes dominan el castellano y el francés y posee un régimen especial impositivo, por el que las compras de determinados productos, como tabaco, alcohol, artículos de electrónica, gasolina, resultan mucho más baratos que en las vecinas Francia y España.
Andorra es un país turístico y que vive por y para el visitante. Existen multitud de hoteles baratos en Andorra. La gente llega en riadas allí para llevar a cabo sus compras, disfrutar de sus parajes montañosos únicos, descansar en uno de los mayores balnearios de Europa, llamado Caldea y sobretodo practicar deportes de invierno, esquí, snowboard, trineos…
Antiguamente existían hasta 8 estaciones de esquí, pero la rivalidad y la competencia ha generado que se hayan aglutinado en dos grandes complejos: Grand Valira y Vallnord.
Gran Valira es la unión de Soldeu, el Tarter, Pas de la casa y Grau Roig, con las incorporaciones de Canillo. Es el complejo esquiable más extenso de la península ibérica, con casi 200 kilómetros esquiables en sus pistas. Se encuentra ubicado en la zona norte del principado, cerca de la localidad de Encamp, desde la que parte un teleférico para ascender directamente a las pistas.
Por su parte, Vallnord, es algo más pequeña y familiar. Además asegura buenas condiciones de nieve durante toda la temporada, sobretodo en el sector de Ordino Arcalís, uno de los que registran mayor cantidad de precipitaciones en forma de nieve de toda la Península Ibérica. Su localidad más cercana es La Massana.
Pero Andorra es mucho más que esquí, puesto que cuenta con instalaciones como pistas de patinaje sobre hielo, centros comerciales, rutas de senderismo, a caballo, en moto de nieve, incluso permite la posibilidad de realizar heliesquí, una práctica en la que te suben en helicóptero a lo alto de una montaña para a continuación llevar a cabo un vertiginoso descensos.
Cuando terminamos la jornada es tiempo para relajarnos y disfrutar de la comida típica de los valles pirinaicos andorranos, fusión de lo mejor de las gastronomías española, francesa y catalana, en uno de los múltiples restaurantes que podemos encontrar. Andorra es el país de los Pirineos y es uno de los destinos más cercanos y aconsejables que un español puede y debe visitar.