Ya habíamos tenido la suerte de estar en una ocasión en Lisboa, cuando un amigo nos preguntó: ¿y no habéis ido nunca a Oporto?. La segunda ciudad en importancia en Portugal corre a lo largo del río Duero elegante y señorial, orgullosa de ser Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Orgullosa también de su historia, que nos lleva hasta el siglo IV, cuando apenas era un asentamiento romano. De todas maneras son muchos los escritos que nos hablan de un viejo puerto, o porto en portugués, ocupado por tribus celtas a orillas del Duero. Si reserváis vuestros hoteles en Oporto os encontraréis con una ciudad magnífica.
Oporto fue Capital Europea de la Cultura en el 2001. Yo os recomendaría que para saborear mejor la ciudad la recorriérais a pie. Nada mejor que empezar por la Ribeira, el centro histórico de Oporto. La maravillosa arquitectura se funde con la animación de sus plazas llenas de restaurantes al aire libre y sus estrechas callejuelas empedradas que siempre suelen acabar a orillas del Duero.
Es este centro histórico el que ha convertido a Oporto en Patrimonio de la Humanidad. Allí no hay que perderse la Casa do Infante, la Iglesia de San Francisco de estilo gótico y el Palacio de la Bolsa. Os recomiendo la visita a este último edificio para ver una exposición de los vinos de la región del río Duero, con degustación incluida, claro está.
De ahí ya tenemos que salir al encuentro del río Duero. Nosotros os recomendamos hacerlo por el Puente Dom Luís I, que cuenta con un paseo peatonal . Las vistas desde este puente, que por cierto es toda una maravilla, son fascinantes.
Si cruzáis este puente os situaréis en Vila Nova de Gaia, donde el sabor y el aroma embriagador del vino de Oporto atrae a miles de turistas. Es una delicia sentarse en alguna de las terrazas de esta parte del río a tomar una copa de oporto. Las vistas son para quedarse unas horas deleitándose. Sin embargo, aprovechar también para visitar las bodegas de la zona, algunas de ellas con visitas guiadas gratuitas y degustaciones.
Por último, dejar que caiga la tarde para subir al ascensor panorámico de Largo da Lada, en la Ribeira, junto a la parte baja del puente Luis I. El trayecto del ascensor dura unos tres minutos y las vistas panorámicas del atardecer de Oporto son excepcionales.
No cabe duda que Oporto es uno de esos destinos turísticos que debéis conocer. Lisboa es una maravilla, sí, pero Oporto no le va ni mucho menos a la zaga…
Foto Vía Tiniebla