Cuando estás allí delante piensas que quizás no sea el monumento más espectacular del mundo, ni el más maravilloso. Sin embargo el aire comienza a ser distinto, hay un no sé qué alrededor que te embauca, que te traslada a otros tiempos y otra forma de vivir. La Puerta de Brandenburgo en Berlín es uno de esos lugares para la historia que me fascinan.
La silueta está inspirada claramente en el Partenón de Atenas. La Puerta de Brandenburgo se construyó en 1791, y se trata de una de las 18 puertas que antiguamente daban acceso a Berlín. Estamos precisamente en la frontera que dividía la Alemania Oriental de la Federal, un lugar que desde su origen ha pasado mil y una vicisitudes. ¿Sabíais que incluso fue trasladada a París durante la invasión francesa de Napoleón?.
Pues sí, al bueno del emperador francés le gustaba eso de llevarse lo ajeno para casa, y allí estuvo hasta 1814, fecha en la que volvió a Berlín. Seguro que encontráis alguno de los hoteles con encanto en Berlín que estén más cerca de este suntuoso monumento.
A saber la de acontecimientos históricos que ha vivido esta puerta… Desde el nacimiento del Tercer Reich de Hitler hasta la ocupación rusa de 1945, pasando por la libertad de la unión de las dos Alemanias. No es de extrañar el porqué siempre hay tanta gente alrededor de la puerta echando fotos o simplemente imaginando, recordando, trasladándose en el tiempo.
Fijaros en el tamaño de las columnas y la estatua de la diosa de la parte alta. Ah, una curiosidad que antes se nos escapó comentaros. Fue precisamente en el momento en el que volvió la puerta a Berlín desde París cuando se le colocó a la estatua el báculo con el águila prusiana y la cruz de hierro con la corona de laurel.
Algunos datos curiosos de la puerta: está situada en la Plaza de París, precisamente donde se hallan las embajadas de Estados Unidos y la Unión Soviética. ¿Os imagináis cómo debía ser el ambiente durante la Guerra Fría?. También está en esta plaza el hotel desde el que Michael Jackson sacó por el balcón a uno de sus hijos, ¿os acordáis?.
A pesar de que a muchos, como os decía, no os resulte demasiado espectacular, es el símbolo nacional de Berlín y de toda Alemania. Quedaros con su historia más que con su imponencia ( apenas mide once metros de altura ). Ya veréis cómo viéndola de ese modo os parece uno de los mejores lugares que hayáis visto nunca.
Foto Vía Planetware