Posiblemente muchos tal vez ni la conozcáis, aunque me extraña que ni siquiera la hayáis visto en fotos. Porque, tanto para mí como para todos aquellos que la visitan en Bruselas, la Grand Place es una de las plazas más bonitas del mundo. De día y de noche, no sé cuántas veces iba a verla cuando estaba en Bruselas.
Porque es una plaza que te enamora, que te atrapa, que te embelesa. No dejas de contemplar sus edificios, el Ayuntamiento, la Maison du Roi, Le Cornet… Su arquitectura es simplemente exquisita, el color de las casas, el ambiente, el empedrado del suelo, las esculturas de las casas gremiales que la rodean.Una visita imprescindible en vuestros vuelos Bruselas.
La Grand Place siempre ha formado parte latente de la historia de Bruselas. Allí se han celebrado ferias, festivales, mercados y hasta ejecuciones públicas. Hoy sigue siendo centro y corazón de la ciudad, y en ella aún puede disfrutarse de festivales, ferias y muchos eventos.
Dos son los edificios que acaparan casi todas las fotografías de la plaza. Por un lado el majestuoso Ayuntamiento de Bruselas, precisamente el primer edificio que se construyó en la Grand Place. Aunque, a decir verdad, lo único que queda de aquella vieja construcción del siglo XV es la aguja de la torre.
Y frente al Ayuntamiento se alza la Maison du Roi, casa medieval más reciente, de 1870, y que alberga en su interior el Museo de Bruselas. En este museo se puede conocer un poco más sobre la historia de la ciudad, y contemplar los trajes que le colocan al Manneken Pis. Curiosamente recibe el nombre de Casa del Rey, cuando aquí no ha vivido ningún rey.
En uno de los extremos de la plaza se encuentra Le Cornet, otro de los edificios más emblemáticos. Aquí se hallaba antiguamente el gremio de los barqueros. Es una preciosidad ver su color marrón oscuro y la asimetría de sus fachadas y ventanas.Estas casas pertenecen en su mayoría a finales del siglo XVI y principios del XVII.
Es imposible no acercarse a la Grand Place de noche para disfrutar de la iluminación. Cuando llegas de cualquiera de las calles adyacentes sólo puedes emitir un suspiro de asombro y admiración. Lo que se abre ante vuestros ojos es algo casi mágico. De paso, tenéis que acercaros a alguno de los restaurantes que rodean la plaza, ya que la animación en la Grand Place y alrededores es tremenda durante todos los días de la semana.
Foto Vía Cities and Me