¿Habéis descubierto alguna vez la maravilla que supone hacer una ruta turística por las Highlands escocesas?. Esta región de Escocia es un lugar salpicado de pueblos pintorescos, verdes prados y castillos que cada día vienen a bañarse a los lagos. Sí, aquí se halla precisamente el famoso Lago Ness, pero también otros lugares muy interesantes.
Por ejemplo, Stirling, una ciudad situada a unos 70 kilómetros al noroeste de Edimburgo, casi a la misma distancia de Glasgow. Y elegimos Stirling porque, además de ser una de las ciudades con más historia del país, su maravilloso entorno natural y sus leyendas lo hacen ideal para un viaje romántico, una perfecta luna de miel.
Situada en lo alto de una colina, y bañada por el río Forth, su situación estratégica la convirtieron desde siempre en un lugar muy frecuentado. Decían de ella que quien la conquistara tendría mucho ganado para dominar Escocia. Por esto, uno de los grandes enclaves de Stirling es su imponente castillo.
El Castillo de Sirling fue pieza clave durante la historia de Escocia. Aquí vivió la reina María Estuardo, reina que más tarde también sería de Francia. El conjunto de la fortaleza, mágico y deslumbrante, se completa con la estatua de Robert Bruce y la Iglesia de la Santa Cruz, la única que, junto con la Abadía de Westminster, ha albergado una ceremonia de coronación.
Bajando del castillo podemos dar un paseo por el centro histórico de Stirling, después de contemplar las maravillosas vistas de la amplia pradera verde que nos rodea. Su laberinto de callejuelas adoquinadas nos sale al paso, desvelándonos un reguero de viejas iglesias y edificios nobiliarios de todos los estilos, destacando especialmente el renacentista. Acercaros a conocer la vieja prisión, para dar un viaje en el tiempo de varios siglos.
Y, como parte importante y fundamental de la historia de Escocia, en Stirling no podían faltar las referencias a William Wallace, el gran héroe nacional. Resulta de visita imprescindible ir a ver el célebre Monumento a William Wallace, el célebre Braveheart que todos conocemos, una torre imponente que surge de la espesura de los árboles.
Para llegar a este monumento hay que ir en coche, o alquilando bicicletas en Stirling. La torres es una mole de 67 metros de altura que, a primera vista, impresiona. En uno de los extremos veréis la estatua de William Wallace. Desde la explanda de la torre se tienen unas vistas magníficas.
Si os gustan los castillos, las fortalezas y los paisajes de leyenda, Stirling es una excursión en Escocia que no deberíais perderos. Imaginaros lo que debe ser un lugar así envuelto en las brumas de la mañana. No me extraña que haya tantas historias de fantasmas que se cuenten en la ciudad. No es para menos…
Foto Vía Fos Motorhome Hire