Si hace pocos días aprovechábamos la oportunidad para llevaros a esquiar a Tignes, hoy queremos que no os quedéis con las ganas de seguir conociendo algunas de las estaciones de esquí más famosas de los Alpes franceses. Situada también en el Parque Nacional de la Vanoise, muy cerca de la frontera con Italia, se halla Val Thorens.
Hacer esquí en Val Thorens supone hacerlo en una de las estaciones más altas de Europa. ¿Os imagináis la posibilidad de esquiar a más de tres mil metros de altura?. Pues aquí se puede hacer. Más de 60 pistas que suponen un total de 180 kilómetros esquiables. Para caer rendidos de tanto esquiar, ¿verdad?.
Val Thorens cuenta con ocho pistas verdes, 27 azules, 25 rojas y ocho negras. Para llegar a ellas hay un total de treinta remontes, que pueden transportar a unos 52.000 esquiadores por hora. Todo el mundo habla muy bien de las pistas de Val Thorens, que se ajustan a la realidad de sus colores.
Lo bueno que tienen estas estaciones de esquí es que prácticamente funcionan durante todo el año. Val Thorens está perfectamente adaptada para la llegada masiva de turistas. Hay muy buenas ofertas de alojamiento, con hoteles, hostales, casas de alquiler y demás a los pies de las pistas. Además, la animación de bares, restaurantes y pubs hace que nuestras vacaciones sean inolvidables.
Para llegar hasta Val Thorens, el aeropuerto más próximo es el de la ciudad de Chambery, situado a unos cien kilómetros de la estación. Desde España no hay vuelos directos, por eso os recomiendo mejor volar hasta Lyon, a unos 180 kilómetros, o Ginebra, a 160.
Desde allí ya nos quedaría tomar el tren, parando en la estación de Moutiers, a 37 kilómetros de Val Thorens. En Moutiers hay autobuses que van a la estación de esquí, además de taxis. También se puede alquilar un coche en Lyon o Ginebra, e ir hasta el pueblo.
Lo que está claro es que son muchos los turistas que, cada año, repiten su experiencia de esquiar en Val Thorens. Cuando uno conoce los Alpes franceses, es difícil que no vuelva.
Foto Vía Tripadvisor