Desde el primer momento en que el visitante pone sus pies en París, la presencia de la Torre Eiffel es constante. El popular monumento, obra del artista Gustave Eiffel, es visible desde prácticamente todos los los ángulos de la capital francesa. La torre fue inaugurada en 1889 con motivo de la Exposición Universal. En un principio iba a ser desmontada al término del certamen, pero la buena acogida popular, la ubicación de antenas en su cúspide y su explotación turística llevaron a mantener su estructura de hierro en pie.
La Torre Eiffel, con sus 330 metros de altura, es el monumento de pago más visitado del mundo. 7 millones de turistas suben cada año hasta la planta más elevada. Hay dos opciones: subir en ascensor, unos 11 euros hasta la última planta. O la versión más económica, andando, eso sí, prepárense para subir sus 1.665 escalones. Esta alternativa sale por unos 3 euros. En cualquier caso, lo mejor es informarse porque hay descuentos para los niños, los menores de 25 años y los grupos organizados. Ah!, si vas a la Torre Eiffel, intenta que sea a primera hora, porque a partir de las 10 de la mañana las colas suelen ser una tónica habitual.
Una vez el visitante llega a la tercera y última planta, puede contemplar las mejores vistas de París. Debajo, el Campo de Marte. Al fondo, la Catedral de Notre Dame, el Museo del Louvre y el centro histórico. Al este se puede admirar una magnífica panorámica de los Campos Elíseos y el Arco del Triunfo. Más allá puede divisarse la colina del Sacre Couer, sede del artístico barrio de Monmartre. Al oeste, en primera instancia se verán el Trocadero y al fondo, el Barrio de la Defense, el distrito financiero más grande del continente europeo.
Una buena manera de disfrutar de la Torre es desde uno de los múltiples cruceros que surcan el río Sena, la verdadera arteria de la «ciudad del amor». Hay multitud de opciones y algunos ofertan cenas o almuerzos a borod mientras
La primera ciudad de Francia reúne un elenco de oportunidades culturales y de ocio que no dejará indiferente a nadie. Existen múltiples hoteles en la ciudad, por todas las zonas. La mejor manera de viajar a París es en avión. Hay muchos vuelos y numerosas compañías que enlazan las principales ciudades españolas con sus 3 aeropuertos, Orly, Charles de Gaulle y Beauvais.