La isla de Sicilia tiene ciudades de enorme belleza, tanto por su pintoresquismo como por su cultura y su historia. Apenas una hora al sur en coche desde Catania encontramos Ragusa, enclavada en los profundo de dos valles, la Cava San Leonardo y la Cava Santa Domenica, que hacen que sus pequeñas casas se desplieguen intentando buscar la mejor posición del terreno. Una belleza considerada desde el 2002 Patrimonio de la Humanidad como una de las ciudades del barroco tardío de Val di Noto.
Os recomiendo llegar en alguno de los cruceros que llegan hasta Sicilia, una de las mejores maneras de descubrir la belleza de sus rincones. Ragusa se halla un poco hacia el interior, a unos 35 kilómetros de la costa. La carretera que nos lleva hasta la ciudad será el primer punto de interés, ya que ver en el horizonte cómo las casas de Ragusa se aferran a la tierra es un enorme placer. Uno se pregunta si no rodarán ladera abajo.
El centro histórico barroco de Ragusa es uno de los mejores de la isla, y posiblemente de toda Italia. Hay lugares imprescindibles en vuestro paseo, como el Palacio de la Cancelleria, la Catedral de Ragusa, o las iglesias del Purgatorio o Santa María dell’Idria. Hay casas nobiliarias, pequeñas iglesias, palacios, calles empedradas de un sabor rancio y tradicional, que os llevarán a unos siglos atrás en el tiempo.
Pasaros también por el Museo Arqueológico, con piezas y objetos que datan incluso de la Edad del Bronce, y, porqué no, hacer una pequeña excursión hasta el Castillo de Donnafugata, situado a unos kilómetros de Ragusa. Un castillo de origen árabe, inusual por estos contornos, pero de enorme belleza.
Se puede decir que Ragusa son dos ciudades en una ya que, junto a esta Ragusa antigua, encontramos la moderna, construida en la cima de la colina. Desde aquí se tienen unas vistas excelentes de la barroca Ragusa que se extiende a nuestros pies. Os recomiendo especialmente la Ragusa moderna al atardecer, cuando el sol va decorando los edificios de un color fascinante y las vistas son como de oro puro.
En Ragusa el barroco es un viejo emperador de color nostálgico. Palacios e iglesias del siglo XVIII os saldrán al paso en todo su esplendor. Es una de esas ciudades sorpresa que encandilan a cualquier turista. Muy tranquila, monumental y placentera, Ragusa merece un fin de semana siciliano.
Foto Vía Blog Sicilia