Cerdeña es una hermosa isla mediterránea en la que disfrutaréis de playas y calas vírgenes, ruinas históricas y magníficas ciudades y pueblos pintorescos. No hay nada mejor que tomar un coche y recorrer la isla, buscando el amparo de sus mágicos atardeceres o los nostálgicos paisajes de piedra silenciosa de sus pueblos.
Cualquiera que sea el destino de vuestros viajes a Cerdeña será una delicia. Nosotros nos decantamos por Alghero, una ciudad situada en la costa noroeste, a unos 230 kilómetros de Cagliari. Tiene su propio aeropuerto y sus gentes, algunos, aún hablan catalán, así que no os será difícil ni llegar ni entenderos.
Hermosa ciudad costera, tal vez en verano sea demasiado bulliciosa, así que nosotros elegimos viajar en mayo. El clima era francamente benigno, e incluso pudimos disfrutar de algunas veladas estupendas a pie del mar. Situada en la provincia de Sassari, Alghero es una ciudad que se recorre fácilmente.
Su magnífica ubicación geográfica, de cara al Mediterráneo, la convirtió desde siempre en blanco perfecto para dominar con su puerto el mar. Pasear por su centro histórico es todo un placer. Es como si estuviéramos paladeando cualquiera de las ciudades medievales de Cataluña o Aragón. El recuerdo de la España medieval está presente en cualquier esquina, y el suave latir de la brisa fresca siempre nos envuelve en un aura romántica.
Alghero es un laberinto de pequeñas callejuelas sinuosas y empedradas. Allí conviven viejas iglesias, antiguos palacios en donde, posiblemente, vivieron o se retiraban a veranear los nobles catalanes, murallas, torres… Y junto a la historia el turismo y la tradición, con bares y tabernas en donde beber los mejores vinos de Cerdeña e italianos y, porqué no, alguno aragonés o catalán.
Este laberinto de callejuelas va bajando lentamente hasta el puerto, guiadas por el silente discurrir del olor a mar. La piedra arenisca de sus muros y murallas se va convirtiendo en miel a medida que llega el atardecer. Es toda una delicia sentarse en alguno de los restaurantes del puerto y levantar la vista a la Alghero iluminada que se nos viste de gala para la cita. Difícil encontrar un lugar tan romántico como este en el Mediterráneo.
Alghero seduce, es sugerente, te embriaga en su poder humilde de piedra. Los siglos y el mar son caballeros indisolubles en esta amalgama de suaves palabras del Mediterráneo.
Foto Vía Travelcreek