A orillas del río Limia y a menos de una hora en coche de la frontera con Galicia encontramos la ciudad de Viana do Castelo. Un lugar histórico de Portugal que cuenta con numerosos atractivos, entre edificios notables, museos, iglesias… Además, como ciudad costera, siempre es un aliciente más para los que gustan de unas vacaciones Portugal en un lugar no demasiado concurrido.
La visita a la ciudad la podemos iniciar en la Plaza de la República, corázon de Viana do Castelo, de la que emergen las principales calles de su centro histórico. Antes de embarcarnos en su laberinto de callejuelas empedradas, contemplamos la fachada del viejo Ayuntamiento en la plaza, así como el curioso Museo del Traje, el Hospital de la Misericordia y la fuente central, de piedra, construida a mediados del siglo XVI.
Ahora sí disfrutamos del entramado callejero de Viana do Castelo, rodeado de casas de piedra de los siglos XVII y XVIII, balcones con macetas, galerías acristaladas y pequeños bares y tabernas donde beber y catar los buenos vinos de los valles del Miño. Sobresaliendo de los tejados, la Catedral de Viana do Castelo, que compite en esplendor con el brillo de los típicos azulejos portugueses que adornan la casi totalidad de las fachadas de la ciudad.
Viana do Castelo es una más de esas ciudades que nos recuerdan los siglos de prosperidad de una Portugal navegante. Palacios e iglesias que decoran la mayoría de las plazas del Barrio Antigo, el Castillo de Santiago da Barra como defensor de la ciudad, el puerto y el Puente Eiffel. Y por último el mirador del Monte de Santa Lucía, al que se llega a través del Funicular, con la Basílica de Santa Lucía y unas vistas espléndidas.
A decir verdad, Viana do Castelo es una pequeña ciudad que me recuerda mucho a cualquier rincón de Galicia. El suelo empedrado, resbaladizo con la fina capa de lluvia que forma parte del hermoso paisaje del noroeste de la Península, las casas de piedra con sus amplios ventanales, buscando saborear toda la luz que se pueda acaparar, y el acento de sus gentes. Viana do Castelo merece mucho la pena, por esta belleza tan pintoresca que os contamos.
Foto Vía Jvferrandez