Croacia es un país que enamora, os lo aseguro. Aunque muchos tal vez no veáis aún clara esta afirmación, por no ser Croacia un país que se venda demasiado turísticamente hablando, ciertamente os puedo decir que es totalmente correcta la afirmación. Croacia es el color azul del Mediterráneo, un azul intenso que ha sido testigo de grandes acontecimientos y civilizaciones.
Hoy, como pequeño ejemplo de todo esto que os digo, dejadme que en vuestras vacaciones Croacia os lleve hasta Varazdin, una hermosa ciudad situada al norte del país, a noventa kilómetros de Zagreb. Y escojo Varazdin incluso sin ser de las más turísticas de Croacia. El turismo se marcha en cascada buscando rincones como Dubrovnik, Zagreb, Split… Por eso Varazdin, considerada la más barroca de las ciudades croatas, a veces se siente sola…
Sin embargo la verde Varazdin, la coqueta y tímida Varazdin que se asoma cada día al río Drava, llegó a ser incluso la capital de Croacia en el siglo XVIII. Precisamente de aquella época datan la mayoría de sus edificios, transidos y empapados de ese color pastel tan clásico del barroco. De ahí le viene también su carácter marcadamente cultural, reconocida como ciudad de la música, el arte y la artesanía, y contando en su centro histórico y alrededores con más de 350 monumentos de gran valor patrimonial.
Pasear por su ciudad vieja es trasladarnos al siglo XIV. Veréis las típicas torres redondeadas de cualquier fortaleza medieval de la época, casas nobiliarias, sinuosas calles empedradas y palacios y edificios, como el Palacio de Sermage de mediados del XVIII, que hoy albergan pequeños museos, tabernas, etc… Sin ir más lejos, es tan pintoresco que la silueta de este centro histórico es la que sirve de imagen de algunos billetes de la moneda croata.
Más antiguo es el edificio del ayuntamiento, el popularmente conocido como Margrave Georg. Fue construido en el siglo XVI y su principal atractivo turístico no es el edificio en sí, ni la torre que alberga, sino el cambio de guardia que todos los sábados al mediodía se lleva a cabo en sus puertas.
Con el Festival de Música Barroca y el Spancirfest, ambos festivales en el mes de septiembre, Varazdin amplía una oferta cultural francamente fascinante. Para colmo, una pequeña excursión al impresionante Castillo de Trakoscan, o a la ciudad de Ludbreg, a donde los peregrinos acuden cada año para honrar la reliquia de la Sagrada Sangre de Jesús.
Y todo esto, como os decía al principio, no es más que un pequeño ejemplo de lo que os puede sugerir Croacia. La bella Varazdin, la coqueta y tímida Varazdin, un rincón que os abre las puertas del país del Mediterráneo.
Foto Vía Wallpapers Travel