La magia de Praga despierta nuestros sentidos en cualquier esquina. Dicen que la capital checa es ciudad de fantasmas, de bohemios e historia, un enclave empapado de arte que, al cabo de sus más de mil años, ha vivido episodios de todo tipo que le han forjado un carácter independiente.
Cerca de la isla de Kampa, alejados del bullicio turístico de Praga, en la Plaza del Gran Priorato, existe un muro lleno de graffitis que, para cualquiera que no sepa su historia pasaría como una simple pared pintada. O, peor aún, algo así como un rincón extravagante y desafortunado en una ciudad tan gótica y elegante. Pero, os aseguro que debe ser una de las visitas imprescindibles en vuestras vacaciones Praga.
¿Porqué? Su nombre, el Muro de Lennon, símbolo de los ideales de paz y monumento a la libertad de expresión de los jóvenes checos ante el régimen comunista que oprimió Praga y buena parte de la Europa Central y el Este durante los tiempos comunistas.
Con el asesinato del gran músico de Liverpool, en 1980, muchos jóvenes checos se acercaban cada noche al muro, en el que se había dibujado la cara de Lennon como símbolo de paz, para escribir sus proclamas de libertad. Letras de los Beatles, frases del propio John, reflexiones, vivencias… Y todo bajo el yugo del comunismo que asistía impasible a esta manifestación de sueños de libertad en un simple muro.
En 1989 el comunismo cayó en la antigua Checoslovaquia, y muchos habitantes en Praga aseguran que el Muro de John Lennon tuvo bastante que ver en el asunto. Hoy es una pena que aquella pared la hayan convertido en refugio de graffitis y otras expresiones que poco o nada tienen que ver con las primeras proclamas de paz y libertad. Sin embargo, es uno de los rincones más fotografiados de la ciudad.
– Información adicional
Para no perderos, el museo se sitúa concretamente frente al Palacio Buquoy, propiedad de los Caballeros de la Orden de Malta, y que hoy en día es la sede de la Embajada francesa.
Foto Vía You’re not the Boss of Me