Eslovenia es un país no demasiado grande, uno de esos lugares en los que te plantas, alquilas un coche y te dispones a disfrutar de unos paisajes encantadores. El verde exhuberante de su naturaleza se confunde con sus cumbres nevadas, sus ciudades de tejados rojos y las cristalinas aguas de sus ríos y lagos.
La capital de Eslovenia es Liubliana. Una apacible sensación pintoresca recorre nuestros sentidos cuando entramos en contacto con ella. Se podría decir que la ciudad es un resumen de todas las calidades que conforman el país: naturaleza, colores llamativos, alegría, sensualidad… y bullicio, una jovialidad de turistas, jóvenes y lugareños.
Este bullicio, salvando las distancias, claro, me recordó al que se puede apreciar en nuestros viajes Marrakech cuando entramos en la genuina Plaza Djemaa el Fna. Eso sí, el ambiente de caótico encanto de la ciudad marroquí poco o nada tiene que ver con la elegancia barroca y natural de Liubliana. Su horizonte de agujas y edificios color pastel hacen que por momentos perdamos la mirada en el cielo.
Hay rincones que resultan de visita imprescindible en Liubliana, como el Puente de los Dragones, construido a principios del siglo XX, y que hace referencia a la mítica figura del dragón, convertido en símbolo de la ciudad (dicen que el fundador de Liubliana fue Jasón que, con sus argonautas, tuvo que enfrentarse a un terrible dragón para poder levantar este enclave)
Para símbolo de Liubliana su castillo, tal vez el más importante de sus monumentos. Desde su atalaya se vislumbran las mejores vistas panorámicas de la ciudad. Su origen hay que buscarlo en los albores del siglo XV, aunque ha sufrido diferentes reformar y construcciones posteriores. Sin ir más lejos, uno de sus elementos más característicos, la torre principal, data del siglo XIX. Os recomiendo la subida en el funicular, realmente espectacular.
Precisamente desde el funicular pueden apreciarse otros monumentos de la ciudad, como la Catedral de San Nicolás. Pero el encanto de Liubliana radica en un centro histórico plagado de callejuelas empedradas y edificios de colores llamativos. Su belleza pintoresca nos lleva a fotografiar cualquier pequeño detalle. Liubliana es belleza cautivadora, es elegante, desconocida, curiosa.
Barroca y modernista, la capital eslovena es uno de los destinos más alegres para visitar durante esta temporada estival que está a punto de aparecer tras la esquina.
Foto Vía Chuta Amore Mio