Sorano es de esos pueblos de los que te enamoras perdidamente al ver su estampa en una foto. Apenas tiene cuatro mil habitantes y se halla a 190 kilómetros al sur de Florencia, en la provincia de Grosseto. Casi a la misma distancia de Florencia que de Roma, se ha convertido en uno de los rincones más pintorescos para visitar desde cualquiera de ambas ciudades.
Nosotros aprovechamos nuestras vacaciones Florencia para acercarnos hasta aquí. Las casas de Sorano están construidas sobre terrazas talladas en un espectacular acantilado. Asomadas al río Lente, su nostálgica silueta de color marrón, sus tejas y las fachadas de piedra son el principal encanto de este rincón singular.
Para muchos bien podría ser uno de esos pueblos perdidos en el corazón de la Toscana. Venir aquí es sentirse parte de la Edad Media. Pasear por su laberinto de callejuelas empedradas, con constantes subidas y bajadas, esperar que caiga la noche y vernos reflejados en las sombras de las paredes. Sorano es todo esto y mucho más, una pintoresca villa medieval rodeada de una exhuberante vegetación.
Al estar situado en lo alto de un acantilado, muchas de las calles y plazas de Sorano se convierten en improvisados miradores. La gracia es recorrer sus tortuosos callejones, visitando calles estrechas y empedradas, patios llenos de macetas y flores, tascas, tabernas y pequeñas bodegas en donde se prepara y se elabora el mejor vino de la Toscana…
En lo alto de Sorano, como firme atalaya, puede verse la Fortaleza de Orsini, uno de los edificios militares mejor conservados de toda la región. Desde la misma fortaleza se tiene una preciosa vista de Sorano y el Masso Leopoldino, el gran acantilado que cae al río Lente. Desde esta altura uno puede imaginarse la gran cantidad de mitos y leyendas de las que habrá sido testigo Sorano.
En los alrededores de Sorano se han encontrado gran cantidad de yacimientos arqueológicos. No en vano estamos en una de las zonas en las que se han encontrado los mayores vestigios etruscos. No iros de Sorano tampoco sin apreciar la belleza pétrea de la Colegiata de San Nicolás, que alberga pinturas y frescos de la Edad Media hasta el siglo XIX, o la Capilla de Nuestra Señora de la Villa, a las afueras del pueblo.
Casas, palacios, iglesias y un entorno impresionante hacen de Sorano uno de los pueblos más pintorescos cerca de Florencia y Roma.
Foto Vía Wolpy