Pocos son los turistas que se adentran a conocer otros lugares de la República Checa además de Praga. La capital se lleva los galones de albergar casi la totalidad del turismo checo. Sin embargo este país se caracteriza por ofrecer una serie de rincones pintorescos llenos de tradiciones y encanto.
Estando en uno de los hoteles en Praga vimos precisamente un folleto turístico de un lugar que, a simple vista por la foto, nos llamó mucho la atención. Se trataba de Kromeriz, una pequeña ciudad situada a 270 kilómetros al sureste de Praga, en la región de Zlín. Aquel folleto mostraba la imagen de un magnífico palacio arzobispal, un jardín excelso y algunas imágenes que nos recordaban a la célebre película de Amadeus.
Para convencernos aún más de hacer esta excursión, Kromeriz fue elegida en 1997 la ciudad checa más hermosa. De ahí que nos levantamos bien temprano y pusimos rumbo a este enclave, bañado en el espejo del río Morava.
La ciudad se halla a los pies de la cordillera Chriby. Lo más llamativo sin duda de ella es el Palacio Arzobispal y sus jardines, declarados por la UNESCO en 1998 como Patrimonio de la Humanidad por ser uno de los ejemplos mejor conservados de la Europa del Este en cuanto a residencia real barroca. Precisamente este palacio y estos jardines sirvieron de inspiración a muchos otros palacios construidos en Europa durante los siglos XVIII y XIX.
Este Palacio Arzobispal cuenta con salones y otras estancias magníficamente decoradas. El mobiliario es completamente original y data de la época de construcción del edificio. Muy llamativa es también la galería de imágenes que recorre todo el palacio, pinturas de grandes autores europeos de los siglos XV al XVIII.
Desde el palacio se accede al Jardín de las Delicias a través de una serie de habitaciones en forma de gruta. Estos jardines son de estilo italiano y cuenta con una bella galería porticada con numerosas estatuas y bustos.
Pero además del palacio y los jardines, Kromeriz es una ciudad cultural llena de galerías de arte, pequeños museos y escuelas de arte de las que han salido muchos poetas y otros artistas checos. Recorrimos también el centro histórico, lleno de casas renacentistas e iglesias históricas, con la Velke Namesti, la plaza más importante de Kromeriz, en la que se halla el edificio del Ayuntamiento.
Kromeriz fue un lugar que nos sorprendió. Es una de esas pequeñas joyas desconocidas en la República Checa que nos invitan a perdernos un poco más por este país.
Foto Vía Treking