Apenas veinte kilómetros al sur de Roma se halla la pequeña ciudad de Frascati, conocida especialmente por su magnífico vino blanco. Nos pareció una excelente excursión desde la capital italiana, pues está considerado uno de los rincones más pintorescos de sus alrededores. Pequeñas villas romanas, edificios y jardines lo convierten en un enclave más que agradable.
La historia de Frascati ha estado siempre relacionada con la aristocracia romana. Los papas y la nobleza de la ciudad fueron construyendo en ella numerosas villas y pequeños palacios que les servían de segunda residencia, alejados del bullicio de Roma. Si os gusta la arquitectura y la historia, y tenéis reservados vuestros hoteles en Roma, acercaros hasta Frascati.
De todas estas villas la más hermosa es Villa Aldobrandini, un palacio diseñado por Giacomo della Porta para el sobrino del Papa. La encontramos en la Piazza Central y cuenta con espléndidos jardines, esculturas y una arquitectura muy notable. Desde allí se accede a Villa Torlonia, otra de las exhuberantes villas de la ciudad y que también cuenta con hermosos jardines.
Todas estas villas fueron construidas por los Papas, cardenales y nobles de Roma a partir del siglo XVI. La mayoría de ellas se conservan en magnífico estado, y habría que destacar también las de Mondragone, Villa Graziole, Parisi y Falconieri. A todo el conjunto se le conoce como Villas Tuscolanas.
Pero además Frascati cuenta con otra serie de edificios de interés. Podemos empezar por su catedral, construida a finales del siglo XVII por el arquitecto Gerolamo Fontana. Más antigua es la Iglesia de Gesú, con su impresionante cúpula. La siguientes visita sería al Palacio Episcopal, antigua residencia del Obispo de Frascati, y que cuenta con dos magníficas torres, una cuadrada y otra redonda.
Desde el punto de vista cultural Frascati cuenta con un interesante Museo Arqueológico, en el que podemos ver los yacimientos y vestigios de la antigua ciudad de Tusculum (sus ruinas se hallan a pocos kilómetros de Frascati, por lo que podría ser otra visita de interés) Otro lugar a visitar sería el Museo Etíope del Cardenal Guglielmo Massaia, junto con el museo que se encuentra en el interior de la Iglesia de San Francisco de Asís.
Frascati es una pequeña ciudad rodeada de encanto. Su belleza pintoresca invita a relajarnos disfrutando de sus calles, sus villas y monumentos. Y, cómo no, sentarnos en alguna de sus tabernas a probar su excelente vino.
Foto Vía Gogobot