Es la urbe más septentrional del mundo, ubicada a más de 2.040 kilómetros al norte de Oslo, capital de Noruega, al que se llega solo por barco o avioneta.
Nos referimos a Longyearbyen, un pequeño pueblo de 1,500 habitantes ubicado en el archipiélago de las islas Svalbard del Océano Glacial Ártico y rodeado por glaciares áridos y desprovistos de vegetación en las laderas montañosas cuyos picos se cubren a menudo con las nubes grises o nieblas espesas.
La mejor época del año para visitar a Longyearbyen es julio ya que hay más sol y el clima es más suave, pero siempre hay que tener ropa para este tipo de invierno cálido que cuenta con una de las temperaturas más bajas el planeta en la época invernal… ¡hasta 20 grados centígrados bajo cero!
Y, ¿Cómo llegar a Longyearbyen? La forma más rápida y fácil es en avión desde Oslo. La duración promedio de vuelo es de aproximadamente 3 horas, y el aeropuerto se encuentra a menos de 3 km de la ciudad.
Aunque se encuentra más allá del Círculo Polar Ártico, Longyearbyen es como cualquier otra ciudad europea. La gente se levanta temprano por la mañana y empezar a lidiar con sus actividades diarias, tales como ir a trabajar, estudiar, reunirse con los amigos y divertirse, ir de compras, etc. Hay muchas desventajas de vivir tan al norte, pero, sin duda, también hay una serie de beneficios.
Impresionará al visitante observar el entorno natural en las cercanías de Longyearbyen que está limpio con un aire fresco y frío. Lo cierto es que como es el asentamiento más septentrional del mundo trae consigo un gran número de turistas curiosos y entusiastas.
En los últimos años, el número de buques de crucero cuyo itinerario incluye las islas de Spitsbergen aumentaron. Entre otras cosas, la ciudad es también un importante centro educativo. Aquí se encuentra la universidad más septentrional del planeta : el Centro Universitario de Svalbard.
El monumento más popular de la ciudad es el Museo de Svalbard, situado en el edificio del Centro de Svalbard Science donde el visitante aprenderá un montón de datos interesantes sobre la historia de Longyearbyen y todo sobre las islas durante los últimos siglos.
Otro punto de interés es la iglesia, un lugar agradable para tomar una taza de café caliente con galletas noruegas. Y hay que tener mucho cuidado alejarse de Longyearbyen, porque los osos polares deambulan en los alrededores y en toda la isla. En todo caso, es recomendable visitar el centro turístico más cercano para solicitar información y para obtener información acerca de cómo mantenerse a salvo cuando uno está al aire libre
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