En Florencia, cada Domingo de Pascua, se revive una medieval tradición que se lleva a cabo durante las horas de la mañana de ese día de Resurrección en Semana Santa, justo al frente de la Catedral.
Se trata del “Scoppio del Carro”, o la «Explosión del Carro», que se remonta a más de 350 años. Es una especie de carroza carro de madera que tienen entre dos a tres pisos de altura tirado por una yunta de bueyes adornados con guirnaldas que se pasea por las calles de Florencia hasta llegar a la iglesia.
Esta tradición tiene su origen a mediados del siglo 17. Se cuenta que el joven florentino llamado Pazzi Pazzino, miembro de una noble familia, al parecer participó en la Primera Cruzada en Tierra Santa en 1099, donde dio sobradas pruebas de su valentía (fue el primero en escalar los muros de Jerusalén y levantar el bandera cristiana).
Para emular este acontecimiento era una práctica encender el «fuego sagrado» golpeando estas estas piedras en el tiempo pascual, que se realizaba en toda la ciudad por parte de grupos de jóvenes con antorchas. Con el tiempo, esta tradición evolucionó a algo similar a lo que se ve hoy en día. Hasta que a finales del siglo 15, la Scoppio del Carro asumió su forma actual.
Cuando volvió a casa, se trajo tres piedras del Santo Sepulcro que recibió por su acto de valentía. Este relicario es conservado hoy en la iglesia de SS. Apostoli, que se encuentra detrás de la celebración florentino por la Resurrección de Cristo.
Hoy en día, la ceremonia todavía tiene un gran parecido a la forma en la que se celebra desde hace siglos. Comienza alrededor de las 10 am, cuando un sacerdote frota las tres piedras históricas hasta que la chispa enciende la vela de Pascua, lo que, a su vez, se utiliza para encender algunas brasas que se colocan en un recipiente en el carro para el inicio de la procesión.
El carro está acompañada por tambores, lanzadores de banderas y figuras vestidas con trajes históricos, así como los funcionarios municipales y representantes clericales. Esta carroza, bien aparejado con un arsenal adecuado de fuegos artificiales, espera en frente de la catedral que luego de las 11 de la mañana, cuando la «Gloria» se canta en el interior de la iglesia.
Y es cuando el Arzobispo enciende un cohete en forma de paloma (llamado «Colombina» que simboliza el Espíritu Santo) que está conectado a un cable de la parte exterior de la iglesia la cual choca con el carro en la plaza, lo que desencadena en un espectacular castillo de fuegos artificiales ante la aclamación de los asistentes.
Foto Vía ciaoliuccia