Dublín es una ciudad que me sigue sorprendiendo cada vez que voy. No tiene grandes monumentos al estilo de otras capitales europeas, ni tan siquiera ese lugar al que acuden todos los turistas como en romería y que se antoja como imprescindible. No, Dublín es diferente, una ciudad más cercana, un destino que hay que patear, perderse en sus calles y disfrutar de una cerveza irlandesa en algún pub, practicando tu inglés con personas que no hayas visto nunca.
Y para pasear por Dublín hay que hacerlo sobre todo por O’Connell Street, la calle principal de esta ciudad. No tiene pérdida ya que comienza en el río Liffey, junto a O’Connell Bridge y la estatua de Daniel O’Connell, y desemboca en Parnell Street. En realidad en Dublín es francamente difícil perderse ya que no es una capital demasiado grande. Además sus avenidas son rectas, largas y amplias. Pero si llegáis al extremo de perderos, en el peor de los casos preguntas y la famosa amabilidad irlandesa hace el resto.
O’Connell Street siempre está llena de gente a cualquier hora del día. Si estáis mirando vuestra selección de hoteles en Dublín con Viajar.com posiblemente algunos de ellos estén aquí o muy cerca. Siempre que el presupuesto lo permita, os recomendaría cualquiera de los alojamientos cercanos. Estaréis en pleno corazón de la ciudad, al lado de las zonas más comerciales y los locales de ambiente nocturno.
Amén de esto, ¿hay monumentos en esta avenida para hacernos unas fotos? Claro que sí, atentos:
- The Spire: el Monumento de la Luz, una enorme escultura de acero inoxidable de 120 metros de altura. Colocada en el 2003, es uno de los últimos iconos de la ciudad.
- General Post Office: el edificio de la oficina de correos, uno de los más conocidos de Dublín. Imponente su fachada al estilo clásico con seis columnas. Tiene una historia más que interesante. No en vano aquí se proclamó la República de Irlanda tras la sublevación de 1916.
- Hotel Gresham: ya que hablábamos de hoteles, este es uno de los más antiguos y lujosos de la ciudad. Fue construido en 1817 y ha sido testigo de los principales acontecimientos de Dublín.
La última foto de esta calle nos la tenemos que tomar junto a la estatua de Daniel O’Connell, conocido como El Libertador, la figura política más importante de Irlanda en el siglo XIX. Por algo da nombre a esta gran avenida, uno de los lugares más agradables para pasear en la capital irlandesa.
Foto Vía Wikimedia