Prinsengracht es sencillamente el canal más extenso y hermoso de Amsterdam. Cualquier fotografía que toméis de él será pintoresca y maravillosa. De día es un hervidero de gente, mientras que cada noche las luces amarillentas de las farolas le da a su alrededor un aspecto bohemio y encantador.
Talleres, almacenes, viejas iglesias, bares, tiendas de todo tipo… la vida que gira alrededor de este canal no tiene igual en Amsterdam. Lleva su nombre en honor a Guillermo de Nassau, príncipe de Orange, de ahí que también sea uno de los rincones con mayor historia de la ciudad. Si precisamente estáis mirando vuestras ofertas en vuelos a Amsterdam, recorrer este canal se antoja como algo imprescindible.
Y lo decimos porque a sus pies podemos ver algunos de los monumentos y museos más interesantes de la ciudad. Como por ejemplo la Noorderkek o Iglesia del Norte, construida en 1623, así como la famosa Casa Museo de Ana Frank, la Westerkerk, una de las joyas arquitectónicas de la ciudad, el Homomonument, el único monumento en Europa en homenaje a los homosexuales, la Iglesia de Duif o el Palacio de Justicia.
Si bien es cierto que las casas que se sitúan alrededor de Prinsengracht no son las más bonitas de Amsterdam, sí que tienen ese aspecto evocador que nos recuerda a las viviendas de los Países Bajos. Fijaros en muchas de ellas, que parece que van a caerse hacia un lado o casi salir de la propia fachada. Paseando por las arboledas del canal las vistas son magníficas.
Algunas curiosidades alrededor de Prinsengracht son los botes amarrados en la orilla y que se han convertido con el tiempo en casas flotantes. Para conocer un poco más su historia podéis visitar el Museo Casa Flotante, que precisamente se halla en el barco Hendrika María. Allí veréis cómo es la vida sobre las aguas de los canales de la ciudad. Muchas de estas casas flotantes se pueden alquilar como alojamiento.
Por último, nada mejor que ir hasta Papeneiland, uno de los cafés más antiguos de Amsterdam, y saborear un poco de historia. Desde su terraza hay unas vistas maravillosas.
Este paseo por Prinsengracht os lo recomiendo a cualquier hora del día. Aunque yo prefiero la tranquilidad de la noche y los colores que sugieren las luces sobre el canal al atardecer. Sería una de las caminatas más románticas que podáis tener en la ciudad.
Foto Vía Moors Magazine