Salzburgo es una de los lugares más bonitos de Europa. Rodeada por el majestuoso paisaje de los Alpes y con una singular mezcla entre lo antiguo y lo moderno, es una ciudad cargada de encanto capaz de seducir en el acto a todo aquél que la conoce.
Siendo la cuarta ciudad más poblada de Austria es famoso en todo el mundo por haber sido la ciudad natal de Wolfgang Amadeus Mozart, uno de los grandes genios de la historia de la música sinfónica.
Salzburgo se halla a 300 km al oeste de Viena extendiéndose por ambas orillas del río Salzach, a 25 km de las estribaciones de los Alpes. Un destino para visitarla en verano.
Hay algo en la ciudad que a al visitante lo hace sentir tan seguro, como si nada malo jamás sucedería. Y es una urbe excepcionalmente limpia donde el aire de la montaña es fresco y claro y no hay casi ruido de tráfico.
Qué ver en Salzburgo
Allí, durante la temporada de verano, las familias acostumbran transportarse por la ciudad en bicicleta, mientras que los turistas disfrutan de paseos entre sus calles empedradas en carruajes tirados por caballos.
Lo cierto es que visitar Salzburgo es casi como retroceder en el tiempo a los días medievales. Y nada mejor que conocerlo que sobre dos ruedas. Para ello el turista puede alquilar bicicletas en el albergue juvenil de Yoho por 10 euros, cerca de los jardines de Mirabell y sobre el puente que cruza el río Salzach.
De allí la ruta se encamina hasta el Castillo Hohensalzburg. Es bastante agotador bajo sol, pero vale la pena por las vistas de Salzburgo desde la parte superior. También vale la pena pagar la entrada para ver el interior de la fortaleza, donde se pueden ver exhibiciones de armas e instrumentos de tortura, así como otros artefactos.
Y si el hambre apremia, hay dos lugares a dónde ir : para los niños será una delicia que compren algunos chocolates en la tienda de estos dulces más antiguo de Salzburgo llamado Fürst, que ha estado presente desde 1884.
Mientras que para los adultos, enfrente se encuentra una cafetería-restaurante fundado en 1703, llamado Café Temaselli. De allí nuevamente uno puede embarcarse para un paseo en coche tirado por caballos para un recorrido por la ciudad vieja para ver los principales lugares de interés.
Por lo general hay una gran cantidad de caballos y carruajes alineados en la plaza Residenzplatz, que cuenta con una hermosa fuente. Cabe anotar que este paseo en coche, cuesta 35 euros, pero dividido entre 3 asientos, no es tan malo.
La ruta continúa por la Catedral de Salzburgo, la fuente de caballo (Pferdeschwemme), la Abadía de San Pedro, la Plaza de Mozart (Mozartplatz), el Palacio-residencia del arzobispo con la Residenzgalerie, la Getreidegasse (Calle del Grano), con la casa amarilla donde naciera W. A. Mozart y el Museo de Salzburgo.
Foto Vía: you-net