Un destino especial para quienes aman la naturaleza y gustan del turismo rural, Arroche se presenta como una opción perfecta tanto de unas vacaciones de verano como de un fin de semana diferente y al aire libre.
La ciudad de Aroche se encuentra a unos 130 kilómetros de la ciudad de Huelva y realmente vale la pena visitarlo, ya que sus bellezas naturales son envidiables.
El magnífico escenario que ofrece el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, un sitio que puede recorrerse utilizando una gran variedad de senderos totalmente señalizados como el que se dirige al municipio de Cortegana, donde existen lugares interesantes de conocer como el Paraje Natural de Sierra Pelada y Rivera del Aserradero.
Un gran patrimonio histórico, cultural y artístico caracteriza esta bella población que forma parte de la conocida Ruta de los Castillos de Andalucía, que además ha sido declarada como Conjunto Histórico.
Enclavado en lo alto de la sierra se encuentra el Castillo de Armas una fortaleza levantada por los almorávies en el siglo IX, que alberga detrás de sus muros una plaza de toros creada en el siglo XIX.
A un lado del castillo es posible admirar edificios importantes que representan la historia de la ciudad como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un templo levantado a fines del siglo XV sobre otro que era del siglo XIV, mezclándose distintos estilos como el gótico, renacentista, mudéjar y el manierista. También se encuentra en el lugar la Ermita de San Mamés que fuera construida en el siglo XIII.
Por su parte el Museo Arqueológico guarda la mayor cantidad de piezas arqueológicas descubiertas en Turobriga.
Otro de los museos digno de ser visitado es el Museo del Santo Rosario que cuenta con más de 2000 rosarios en exposición, algunos fruto de donaciones de los reyes de España, Juan Pablo II y la Madre Teresa de Calcuta.
Su gastronomía también es motivo de la fama de Aroche con platos tradicionales elaborados a base de carne de cerdo ibérico, chorizos con arroz, además de sus embutidos, jamones de bellota y el exquisito queso de cabra hacen las delicias de los comensales más exigentes.
Sus fiestas tradicionales son pintorescas y atraen gran cantidad de visitantes a la ciudad como la Romería de la Ermita de San Mamés que se realiza en mayo o la feria que dura cuatro días con festejos que incluyen fuegos artificiales.
Ideal para una escapada de fin de semana, en familia, con amigos o en pareja, para experimentar unos días diferentes cerca de la naturaleza y de un pasado que parece hacerse más próximo.
Foto Vía: Sobre Turismo