Budapest, capital de Hungría tiene la particularidad de extenderse a los largo del bello río Danubio que a su vez hace de división de la ciudad en dos regiones Buda y Pest.
Unidas estas dos regiones a través de siete puentes que son tanto utilizados por autos como por los peatones, muchos de ellos son magníficos viaductos que despliegan toda su belleza por las noches cuando iluminados nos devuelven una de las más tradicionales imágenes de esta ciudad.
Toda esa zona nos propone un paseo recorriendo lugares de gran belleza que albergan monumentos como el Castillo de Buda, conocido también como el Palacio Real nombre que hace referencia a la época en que los reyes de Hungría lo habitaban.
Si observamos un mapa de Budapest podremos ver la ubicación concreta del castillo en la Colina de Buda y una diversidad de callejuelas que lo circundan.
En la actualidad en el Castillo de Buda funcionan la Biblioteca Széchenyi además de la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest.
Es de destacar el maravilloso conjunto que forma el castillo junto con el Puente de las Cadenas tanto de día como de noche cuando las luces le otorgan un brillo especial.
Para llegar hasta el Castillo de Buda puede optarse por ir andando y subir las escaleras que se encuentran al lado del Puente de las Cadenas, otra opción es tomar la cuesta que hallaremos a la izquierda del funicular y la tercera opción y la más cómoda, es subir directamente utilizando el Funicular Budavári Sikló que funciona a partir de las 7.30 de la mañana hasta las 22.00 horas todos los días.
Al llegar a la cumbre de la colina las vistas desde allí son excelentes e invitan a tomar varias fotos de Budapest para guardar el recuerdo de tanta belleza.
Visita obligada para quienes llegan a la cima es el Laberinto del Castillo de Buda creado por la naturaleza con el agua caliente del manantial que con el paso del tiempo fue formando en la roca cuevas, celdas y sótanos que tienen una extensión de 1200 metros.
Este laberinto natural ha tenido diferentes usos ya que fue el hábitat natural del hombre prehistórico, cámara de tortura, cárcel, caja de caudales y bodega de vino en la Edad Media para ser utilizados en el siglo XX como hospital militar y refugio secreto durante la guerra.
En las cuevas pueden verse varias figuras de cera que son exhibidas allí desde 1980 cuando todo el lugar fue reacondicionado para darle una utilidad cultural a tan extraño y bonito espacio.
En el recorrido pueden apreciarse desde pinturas rupestres, hasta fuentes, columnas y estatuas. Existe además un recorrido especial de un laberinto donde puede entrar sólo una persona por vez, a este lugar se lo conoce como el «laberinto personal» y otro donde puede ingresarse de a dos llamado el «laberinto del amor». Si el recorrido se hace después de las 18.00 horas el ambiente adquiere una dimensión diferente ya que la única luz está dada por una lámpara de aceite.
Recorrer la ciudad de Budapest es una experiencia maravillosa que vale la pena vivir y también recomendar.
Foto Vía: Turismo en Fotos