Lisboa es una ciudad manejable para el turista que llegue a conocer la capital portuguesa. Con su millón de habitantes, posee un centro histórico, denominado Baixa, que es manejable a pie por cualquier persona. Dentro de la Gran Lisboa, donde están incluidos numerosos municipios y donde la población del área metropolitana se duplica, el visitante que acuda a la capital lusa no puede perderse uno de las localidades con más encanto de la costa portuguesa: Cascais.
Es una villa de poco más de 33.000 habitantes y muy turística, por lo que hay multitud de hoteles en Cascais, así como tiendas, restaurantes y locales de ocio nocturno.
Se encuentra a 25 kilómetros al oeste de Lisboa y limita con otros dos municipios muy hermosos: Sintra y Estoril.
Hay varias maneras de desplazarse hasta Cascais, bien sea en tren de cercanías, por autovía, por una preciosa carretera que bordea el mar o en barco, ya que la localidad cuenta con un moderno puerto comercial en el que pueden llegar a atracar hasta 600 embarcaciones.
Otro de los puntos fuertes son sus playas. En Cascais el océano Atlántico cobra una belleza singular. Sus aguas son limpias y sus arenosas playas muy cuidadas. Además el Paseo Martítimo de Cascais ofrece la posibilidad de recorrer varios kilómetros de la costa paseando tranquilamente, o en otros medios de transporte no contaminantes, como la bicicleta o los patines.