¿Alguien que no haya estado nunca en un pub irlandés? A lo mejor encontramos alguno, pero pocos serán a estas alturas de la vida. El ambiente genuino que se vive en ellos es especial, sobre todo si sois amantes de la mística celta, las pintas de cerveza y la música tradicional.
Pero, ¿os imagináis ir a Dublín y disfrutar de uno de sus pubs? La tradición que existe en Irlanda con estos locales de ocio sí que es única. Estoy por afirmar que son los pubs de Dublín los que hacen diferente a esta capital de otras en Europa. Y todo por el ambiente que se vive en ellos. La clásica y célebre hospitalidad del irlandés se aprecia enormemente en estos lugares.
De ahí que, si estáis de vacaciones Dublín, no hay que perder la oportunidad de pasar una noche en un típico pub irlandés. Es una forma de pasar el rato que los irlandeses llaman popularmente craic. La música tradicional, la buena compañía y las pintas de cerveza (especialmente Guiness) empapan el ambiente de jovialidad.
Ya desde el siglo XVIII los dublineses contaban con pubs en sus calles. El auge de las fábricas de cerveza iba en aumento, y los caballeros irlandeses, tan dados ellos a compartir conversación y amistad desde siempre, buscaban un lugar de reunión a la salida del trabajo. Actualmente son más de mil los pubs irlandeses que pululan por las calles de la capital dublinesa.
Hay un dicho en la ciudad que afirma que es imposible dar más de veinte pasos sin encontrar un pub en donde tomarnos una pinta de cerveza. Hay algunos simbólicos, muy conocidos, como The Duke, todo un clasicazo con sus 300 años de antigüedad, que cuenta con Bono (cantante de U2) como uno de sus clientes más ilustres.
Podríamos seguir citando otros como The Old Stand, que funciona como pub desde finales del siglo XIX; u O’Neill’s, uno de los pubs que más llama la atención a los turistas por su impresionante aspecto exterior; The Porterhouse, seña de identidad de los pubs en Dublín, ya que hay cuatro con el mismo nombre en la ciudad; y Davy Byrne’s, citado incluso en el Ulises de James Joyce, tal vez demasiado bullicioso por su fama turística.
Ante esta tesitura, resulta imposible viajar a Dublín y no disfrutar del ambiente de alguno de sus pubs. Aun no siendo bebedores de cerveza, entrad y vivid al menos un rato el magnífico ambiente.
Foto Vía Uisce Beatha