A Brasileira es, sin duda alguna, el café más famoso de Lisboa. Y no solo porque aquí pasara largas horas uno de los portugueses más universales, Fernando Pessoa, sino también por la historia y el excelente café que puede tomarse en él. Los amantes de la literatura y la poesía del lisboeta pueden evocar sus versos bajo el aroma que el propio Pessoa respiró.
El Café a Brasileira es uno de los más antiguos de Lisboa. Lo podéis encontrar en el barrio del Chiado, en el número 120 de la Rua Garrett, muy cerca de la Universidad. Para llegar hasta aquí solo hace falta tomar el metro y bajarse en la estación de Baixa Chiado. Si al salir no os ubicáis, le podéis preguntar a cualquiera. Todo el mundo sabe dónde está el café.
Es una visita imprescindible que se recomienda para cualquiera de los que hayáis reservado vuestros hoteles en Lisboa. Los orígenes de este café hay que buscarlos en la tienda de café brasileño que, en 1905, abrió Adriano Telles. Antes de comprar el café, Adriano siempre servía a sus clientes una taza de café para que lo degustaran y se decantaran por la compra. De ahí surgió la idea de convertirse en una cafetería como tal.
Casi desde sus orígenes se convirtió en el refugio de intelectuales y académicos de la Lisboa de principios de siglo. Entre ellos el propio Pessoa, al que hoy se recuerda con una estatua frente a la cafetería, colocada allí en 1988, coincidiendo con el centenario del nacimiento del poeta. Hoy nos ha quedado aquel ambiente bohemio y nostálgico de la época. Merece la pena sentarse en el interior (mejor que en la terraza, que siempre suele estar llena) y disfrutar del cálido ambiente.
El Café A Brasileira es todo un símbolo en Lisboa. Tal vez por eso ahora los cafés y los pasteis (pasteles) tengan un precio un poco más elevado que en otros lugares, pero el capricho de estar sentados en el mismo lugar en el que estuvieron tantos intelectuales de la Portugal de los albores del siglo XX merece la pena. Si os apetece, hasta os pueden servir un plato de bacalao.
Ya de paso os recomiendo un pequeño paseo por la Rua Garrett en la que se halla el café. Una pequeña calle con encanto del Chiado, llena de pequeñas tiendas y librerías. Por algo Pessoa le gustaba tanto pasear por aquí.
Foto Vía Paola Pasquali