Desde el Aeropuerto de Schiphol en Amsterdam la mejor forma de llegar a la ciudad es a través del tren. Este os deja en la Centraal Station, apenas a diez minutos del centro. Eso fue precisamente lo que hice en mi viaje, de ahí que, nada más bajar del tren, y poniendo rumbo a la Plaza Dam, pasara por el célebre Damrak.
Lo que en la Edad Media fue el canal más concurrido, y el que utilizaban los barcos para descargar sus mercancías, hoy se ha convertido en una de las calles más transitadas de Amsterdam. Turistas y lugareños se agolpan en ella, unos con maletas, helados o cartuchitos de papatas fritas, y otros paseando, a pie o en bicicleta, comprando en las tiendas o sentados en las terrazas de los restaurantes.
Todo aquel que planifique sus viajes Amsterdam pasará a buen seguro por el Damrak. Esta calle tan pintoresca y comercial une la Centraal Station y la Plaza Dam, la más conocida de la ciudad. No es totalmente peatonal, ya que aunque tiene grandes aceras, hay que tener cuidado (siempre en Amsterdam) con los carriles bici y los tranvías.
Durante nuestro paseo por el Damrak veremos infinidad de tiendas de todo tipo: souvenirs especialmente, ropa, artesanía, etc… También encontramos muchísimos bares, cafeterías, restaurantes, hoteles, e incluso museos, como el célebre Museo del Sexo. De entre los hoteles hay que destacar el Hotel Victoria, situado en un edificio del siglo XIX. Mientras que de los edificios antiguos no hay que perder los viejos almacenes del puerto del Damrak.
Ya si tenéis tiempo y ganas de un poco de arquitectura, os recomiendo la visita al edificio de la Bolsa, posiblemente el más monumental de toda la calle. Construido entre los siglos XIX y XX, el interior está maravillosamente decorado con muchas obras de arte. Se puede subir hasta la torre y contemplar unas magníficas vistas de toda la calle y el canal. Precisamente a la derecha del canal veréis un buen ejemplo de esas típicas casas de Amsterdam que parece que en cualquier momento se van a ir al suelo.
El Damrak es para muchos el primer contacto que se tiene con Amsterdam, sobre todo si venís en tren. He leído, en ocasiones, que algunos la consideran una calle un poco caótica, por el bullicio constante. Desde mi punto de vista pienso que es un lugar lleno de vida, muy animado, y en el que pasar un rato bastante agradable.
Foto Vía Amsterdam Hotel Red Flags