Felipe de Orleans, Duque de Chartres, solo tenía en mente una idea: embellecer aún más la ya de por sí hermosa ciudad de París. No se le ocurrió mejor manera en 1778 que diseñar junto a Louis de Carmontelle un jardín. Pero no quiso que su creación fuera un jardín cualquiera, no. En él impregnó tantos detalles que los parisinos comenzaron a conocer a aquel lugar como la Folie de Chartres, es decir, la Locura de Chartres.
El Parque de Monceau es hoy una de las zonas más exclusivas de la ciudad. Situado en el VIII Distrito, aún conserva algunas de las pequeñas construcciones a escala que Felipe de Orleans construyó en él. Entre ellas una pirámide y la Naumaquia, un precioso estanque rodeado de columnas corintias que, para muchos, se ha convertido en uno de los rincones más románticos de París. Decir esto de esta ciudad ya es decir mucho.
Posiblemente vuestra selección de hoteles en París se encuentre cerca de este hermoso parque. Son muchos los turistas y lugareños que cada día pasean por sus senderos o hacen deporte. En el interior hay estatuas de mármol de músicos y escritores como Maupassant o Chopin, además del Museo Cernuschi de arte asiático, y el Museo Nissin de Camondo, que alberga una curiosa y bella colección de mobiliario y objetos del siglo XVIII.
Podemos entrar a este parque por cualquiera de sus cuatro puertas. La belleza de su paisaje se desborda especialmente con la llegada de la primavera. Exquisitamente cuidado, es un rincón perfecto para descansar después de una jornada de turismo o bien para hacer algunas fotos. Ni que decir tiene que su ambiente tan agradable y su atmósfera de luz y color nos llevará a la París del siglo XVIII.
El Parque de Monceau es uno de los parques más atractivos de la capital francesa. Su gran variedad de estatuas, árboles y especies de plantas lo han convertido en una visita casi imprescindible. Dejaros llevar por su espíritu clásico o sentaros en alguna de sus explanadas a comer relajadamente.
Foto Vía LocalNomad Blog