El Barrio Alto es el centro nocturno de la movida lisboeta. Sus calles son un hervidero donde se entremezclan gentes de toda condición social y de orígenes muy diversos. Cuando cae el Sol, los lisboetas tomas sus estrecha y serpenteantes callejuelas. Sus calles destilan vida. Es un lugar repleto de cafés, pequeños restaurantes y sitios de comida tradicional. También hay centros especializados en vino, tascas donde degustar el tradicional vinho verde y cientos de tiendas y galerías de arte. Si buscamos ofertas de alojamiento en Lisboa, debemos de tener en cuenta esta zona de la ciudad como una opción más.
Lo mejor del Barrio alto es su vida nocturna. Es el centro del ocio nocturno de la ciudad. Hay más de 200 locales para tomarte una copa o bailar. Lo más característico es beber las deliciosas cairipinhas o su variante con fresas, caipiroska, o los ya célebres mojitos, de fama mundial. En cada bar ponen un tipo de música distinto. Puedes encontrar el que más se acerque a tu estilo favorito: los hay de jazz, electrónicos, de música brasileña, pop, reggae, de ambiente y también de fado, el centenario y melancólico canto portugués.
Hay 3 formas de acceder al distrito situado a más altura de la primera ciudad de Portugal, Lisboa:
Elevadores: El más famoso es el Elevador de Santa Justa: Este ascensor urbano es una muestra del arte de principios del siglo XX de Lisboa. Fue diseñado por Raoul Mesnierd de Pousnar, un discípulo del mismísimo Gustave Eiffel, responsable de la Torre Eiffel. Esta estructura de alza 45 metros desde el suelo y comunicado los barrios de la Baixa y el Chiado. Fue construido en 1902 y es la mejor manera de acceder al Barrio Alto sin subir por una de las empinadas cuestas que lo conectan con el resto de la urbe. Desde arriba hay unas vista espectaculares.
Hay más elevadores, como el de la Gloria o el de Bica. No son gratis.
Funiculares: El más conocido es el de Lavra. Son dos pequeños trenes cremalleras que escalan por una calle con un ángulo de casi 30 grados de desnivel.
Andando: es la opción más sana y económica, pero desaconsejable para los vagos o los que vayan cargados con maletas si te alojas en pleno Barrio Alto. Lo mejor de ir andando es comprobar de primera mano la transformación que sufren las calles lisboetas a medida que se van subiendo metros. Los bancos e instituciones oficiales del centro, se van convirtiendo en tiendas, restaurantes y luego a locales de música y pequeños comercios, tiendas de moda y galerías vanguardistas.
Es fundamental aprovechar el nombre del barrio, es decir, su altura, para contemplar las preciosas vistas que podemos admirar desde allí. Desde uno de los múltiples miradores podremos sentarnos a contemplar la ciudad y descansar las piernas. Tenemos una perspectiva de todo el centro histórico de la capital portuguesa, justo enfrente se ubica el popular barrio de Alfama, con el Castillo de San Jorge. A la izquierda vemos la Lisboa moderna, con su ensanche urbano y la plaza del Marqués de Pombal.
Si te encuentras en Lisboa, en uno de las múltiples rutas que se pueden hacer, no puede faltar el Barrio Alto.