Lisboa es una ciudad que tiene una gran cantidad de atractivos. Capital nostálgica y bohemia, con barrios históricos como la Alfama y el Chiado, en donde la música del fado se cuela por las grietas de sus edificios. Las callejuelas empinadas que nos conducen al Barrio Alto y las largas avenidas, plazas y rúas de la Baixa son otros elementos que no debemos perdernos en la ciudad.
Pero, una vez que hayamos visto Lisboa, nada mejor que reservar al menos un par de días para conocer sus alrededores. Playas, palacios y un paisaje de costas, pequeños pueblos pintorescos y acantilados son algunos de los puntos que tenemos a muy pocos kilómetros. Os recomiendo alquilar un coche desde vuestros hoteles en Lisboa, y disfrutar de lo que nos tiene reservado el entorno de esta ciudad.
Ya en otra ocasión os hemos hablado del recinto palaciego de la ciudad de Sintra, situada a unos treinta kilómetros al oeste de Lisboa. Lugares como el Palacio de Sintra o el Palacio da Pena, sobre todo este último, un verdadero palacio de cuento de hadas, son dos visitas imprescindibles. A ello hay que añadirle, un poco más allá, el Cabo da Roca, a unos 18 kilómetros del centro de Sintra, el punto más occidental de Europa.
Al sur de Sintra, y a unos treinta kilómetros al oeste de Lisboa, tenéis las ciudades de Cascais y Estoril. Aquí la paleta de colores se vuelve verde naturaleza y azul del mar. Dos rincones muy pintorescos en los que disfrutar de la calma y la tranquilidad que ofrece el paisaje. Cascais duerme, a orillas de su playa, protegida por su fortaleza del siglo XVII. Las callejuelas empedradas y sinuosas de Cascais son un rincón perfecto para perderse unas horas.
Quince kilómetros al norte de Lisboa tenemos el pueblo de Queluz, con su maravilloso palacio del mismo nombre. Hablán de él como el Versalles portugués, especialmente por sus estupendos jardines.
Los alrededores de Lisboa también cuentan con pequeños pueblos pintorescos. Rincones, tal vez no tan turísticos, pero de una belleza particular, como Sesimbra, Alcochete, además de las playas de la Costa de Caparica, un paisaje veraniego estupendo, en el que muchos lisboetas tienen su segunda residencia.
La ciudad más grande cercana a Lisboa es Setúbal, situada a unos cincuenta kilómetros al sur de la capital portuguesa. Allí lo más interesante está en visitar su catedral, decorada con los hermosos azulejos típicos de Portugal, junto con el Convento de Jesús y el Castillo de San Felipe, antigua fortaleza que defendía la ciudad.
Cualquiera de estas ciudades completarían y harían mucho más agradable nuestro viaje a Lisboa. Todo esto para que la lista de qué ver en Lisboa no se os quede pequeña.
Foto Vía Sky Scraper Life