En avión, por carretera o incluso a bordo de un crucero. Múltiples son las formas y las opciones que tenemos de llegar hasta Hamburgo, ciudad portuaria situada a orillas del río Elba. Se trata de la segunda urbe más grande de Alemania, a unos 290 kilómetros al noroeste de Berlín, la capital alemana.
La opción más pintoresca tal vez sea llegar a Hamburgo en un crucero. Las vistas que se tienen de la ciudad desde el Elba son mágníficas. Hay muy buenas opiniones cruceros que os pueden dar una idea de lo que encontraréis. Pero, ¿queréis saber cuáles serían las visitas imprescindibles en la ciudad?.
Nada más llegar al puerto de Hamburgo veréis el Speicherstadt, el complejo de almacenes más grande del mundo. Es un enorme edificio construido en ladrillo rojo, que de noche es mucho más espectacular, ya que se ilumina completamente, reflejándose majestuoso sobre el agua.
Con la vista aún puesta en este tremendo edificio, el horizonte de Hamburgo nos vislumbra la silueta de su Ayuntamiento, construido a finales del siglo XIX. De estilo neorenacentista, muestra en su fachada una gran profusión de estatuas. El edificio es enorme, algo que ya se aprecia desde el exterior. Con decir que cuenta con 647 habitaciones en total… De estas habitaciones destaca, sin duda, el salón de banquetes, con casi cincuenta metros de largo y 18 de ancho.
Junto al Ayuntamiento, compiten en el cielo de Hamburgo las torres de la Iglesia de San Miguel. Posiblemente sus agujas sean el símbolo de la ciudad, ya que se destacan en el horizonte con sus 132 metros de altura. Ni que decir tiene que hay que subir hasta ellas para contemplar la mejor panorámica de Hamburgo y su puerto. Son algo más de 450 escalones, así que paciencia.
Nada mejor que hacer en Hamburgo los domingos por la mañana que acercarse a su mercado de pescado, posiblemente de los mejores del mundo. Eso sí, se celebra muy muy temprano, ya que a las 09.30 de la mañana suele cerrar. Fundado a principios del siglo XVIII, estamos hablando de uno de los mercados tradicionales al aire libre más antiguos de Europa.
La vida cultural de Hamburgo, además de sus teatros, óperas, conciertos y demás, aglutina algo más de cincuenta museos, a cual mejor. El Museo Internacional Marítimo, las miniaturas de Wunderland, el Museo de Arte y Oficios y la Sala de Arte son algunos de los que resultan imprescindibles.
Por último, nada mejor que callejear por el entramado medieval de una ciudad que se asoma al Elba y que se divierte en el famoso barrio de Saint Pauli. Es aquí donde podéis terminar la noche, disfrutando en sus bares, salas de fiesta y discotecas. Hamburgo ofrece turismo a los cuatro vientos.
Foto Vía Aghko