He de reconocer que Praga es una de las ciudades más bonitas en las que he estado. Es el típico lugar en el que no paras de echar fotos a diestro y siniestro. Calles y plazas, edificios, casonas, agujas medievales, iglesias… y la noche praguense, un enigmático sabor de bohemia y nostalgia gótica que se confunde con la niebla.
Hay tantos y tantos rincones que recuerdas tras tus vacaciones Praga. Yo ahora mismo evocaba la famosa Plaza Wenceslao, la plaza más conocida de la Ciudad Nueva, a la que se llega tras cruzar el Puente Carlos y dejar atrás Short Prom Dresses sale la Plaza de la Ciudad Vieja. Punto de encuentro para turistas y lugareños, es una plaza muy animada en la que encontráis bares, tiendas, restaurantes y otros locales de ocio.
Curioso que, si bien hoy es una magnífica zona comercial, en la Edad Media se celebraran aquí los principales mercados de ganados, entre ellos el de caballos desde 1348. Si nos situamos en ella, una plaza enorme, de 750 metros de larga por 60 de ancha, veremos en primer lugar la estatua de San Wenceslao, que le da nombre, rodeada por una serie de edificios de estilo art nouveau y neorrenacentista, la mayoría hoteles, restaurantes y tiendas de moda.
De todos ellos hay que destacar el Museo Nacional de Praga, el más visitado e importante de la capital checa. Construido a finales del siglo XIX, yo diría que más que por su colección la visita se hace interesante por el lujo de las estancias, escaleras, lámparas y demás Short Prom Dresses sale del edificio. Claro, ya que estáis echadle un vistazo a la exposición para acercaros un poco más a la historia de la ciudad y el país.
El único pero que le pongo a esta plaza es que no sea peatonal, y que a simple vista parezca una larga avenida. Creo que se disfrutaría mucho más si pudiéramos pasear por ella con total tranquilidad.
De todas maneras, es una de las visitas recomendadas en cualquier guía de viajes. Praga os cautivará, y la Plaza Wenceslao es uno de sus rincones más conocidos.
Foto Vía Bonds At Home