La Bastilla fue la cuna de la Revolución Francesa en 1789 pero, desde entonces, cayó completamente en el olvido. Hoy no es así, aunque no sé si tal vez sería mejor que hubiera seguido en ese olvido, sobre todo porque la Plaza de la Bastilla es un rincón parisino que no se puede disfrutar como uno quisiera por culpa del tráfico.
Yo antes que la propia Plaza de la Bastilla prefiero perderme por la Rue de Lappe, una pequeña calle muy cercana a esta plaza pero que, sin duda, se trata de uno de los rincones más animados del barrio, especialmente las noches de los fines de semana. Un buen lugar para pasar un rato muy agradable en vuestros viajes París.
Ya era conocida y famosa en la década de los treinta del siglo pasado. En aquella época estaba llena de salas de bailes (las típicas bals musettes parisinas), que con el tiempo se han convertido en bares, discotecas, pequeños clubes, restaurantes y cafés. A pesar de ser una calle muy estrecha es una vía muy animada y, durante las noches de los fines de semana, la recorren turistas y lugareños por igual.
Si vais con amigos o en pareja la Rue de Lappe es ideal, ya que cuenta con muchos locales de música para tomar una copa o bailar. Se puede comenzar la noche cenando en algunos de sus restaurantes. Los hay para todos los gustos, desde franceses hasta internacionales, con comida tailandesa, italiana, cubana, española, etc… De ahí queda pasar a la zona de marcha.
Hay algunos bares y locales que son de los llamados históricos, de los más conocidos y concurridos de París. Le Bazar Egyptien es uno de ellos, así como el Bar des Ferrailleurs. Otro de los conocidos es el Girls Bar, así como el Le Megalo, Bastide y Route 66. A decir verdad, cada local tiene su particular encanto, así que yo creo que en cualquiera de ellos os sentiréis muy bien.
Ya que estáis por aquí, pasaros también por las cercanas Rue de la Roquette y Rue de Charonne, calles paralelas a la de Lappe, que cuentan también con numerosos bares y restaurantes de gran interés.
Foto Vía Skyscrapercity