Una de las escapadas gratificantes para sus vacaciones en Francia esla ciudad de Lille, localizada al norte del país a orillas del río Deûle, y que es la capital de la región de Norte-Paso de Calais. Es por ello que los vuelos al aeropuerto de Lille van aumentando en frecuencias en vista de las atracciones que ofrece esta ciudad con más de 350 años de historia como parte del Condado de Flandes.
Cabe anotar que su núcleo conserva el ambiente de las ciudades medievales de lana de Flandes y está lleno de grandiosa arquitectura y calles empedradas y plazas que nos recuerda a Bruselas y Amsterdam. Con la llegada del tren rápido Eurostar desde Londres, Lille, una parada importante en la ruta a París, por lo que es un excelente destino de fin de semana.
Sus calles tienen el sello comercial y algunos lugares de interés atractivas atraen a los visitantes, al igual que la neogótica Catedral de Notre Damme de Treille. Es por ello que es gratificante un paseo por el casco antiguo de Lille entre sus calles empedradas y la mezcla de tiendas, restaurantes y catedrales.
Durante toda la Edad Media, la actual Lille formó parte del condado de Flandes, territorio vasallo del reino Franco, que reunía las antiguas ciudades romanas de Arras, Cambrai y Boulogne; e incluso llegó a ser su capital. Debido a su ubicación estratégica, al final de la parte navegable de Deûle, el núcleo de Lille fue adquiriendo importancia comercial, con la construcción de un puerto fluvial.
A partir del 830, y hasta el 910, los vikingos saquearon las ciudades de la región de Flandes. Por ese motivo, los condes de Flandes, soberanos de la ciudad, emprendieron la fortificación de la urbe.
Y comentando los lugares de interés, destaca el Museo de Bellas Artes donde se exponen las obras de Picasso, Braque y Derains localizado en el barrio de Villeneuve d’Ascq a las afueras de la ciudad.
Muchos de los visitantes, sin embargo, están aquí por la cerveza. Las mejores cervezas belgas son de barril y se sirve en la mayoría de los bares de moda y que es el acompañamiento ideal para su deliciosa cocina local, que se centra en los mariscos y salsas. Si su principal objetivo es comer, beber y divertirse en un entorno histórico, Lille es el lugar para estar.
Y es que quizás sus muchos bares y restaurantes (conocido como estaminets) son las atracción en esta ciudad la diversión, lo que desmiente su reputación como el primo sombrío al norte de la bella París.
Foto Vía boringstreet