Al igual que Suiza, Alemania es mundialmente conocida por sus relojes cucú, a pesar que el origen de los mismos es aún motivo de discusión.
Sin embargo en la zona de la Selva Negra alemana es donde con mayor intensidad se ha desarrollado esta industria, siendo los pueblos de Schonach, Triberg o Furtwangen donde con mayor fuerza se ha producido este producto sin igual.
No sorprende la belleza y exactitud de estos relojes si se tiene en cuenta que la industria relojera alemana es una de las más importantes desde el siglo XVIII, sobre todo por el diseño y fabricación de maquinarias sofisticadas con hermosas figuras animadas con movimiento, al son de melodías y sonidos de una gran dulzura.
Entre las figuras más famosas de los relojes se encuentran los que cortan leña, beben cerveza y por supuesto el famoso reloj cucú, donde una pequeña ave es la encargada de dar la hora.
El esplendor de esta industria hace que muchos turistas visiten los pueblos como el de Schonach donde se encuentra una gran tienda llamada Uhren Park un enorme espacio comercial de 1000 m2 en el cual pueden admirarse miles de relojes de cucú de diferentes estilos y tamaños desde los de mesa hasta aquellos que se colocan en la pared o sobre la chimenea.
El Museo de los Relojes que se encuentra en la localidad de Furtwangen es un deleite para los apasionados por este tipo de relojes. Una colección que hace un recorrido por más de cien años de tradición en la producción de relojes en la Selva Negra.
Es posible ver allí desde las más simples maquinarias de uso cotidiano hasta verdaderas obras de arte. Son más de ocho mil relojes que pueden admirarse en el museo.
Asimismo, el pequeño y pintoresco pueblo de Triberg es un sitio encantador que remonta a los viajeros hacia un pasado de lujo y riqueza que aún hoy persiste teniendo en cuenta que aquí se diseñan y desarrollan increíbles avances tecnológicos relacionados con los relojes. Un sitio que forma parte de las bellezas y misterios de la famosa Selva Negra.
Foto Vía: Por Europa