Para muchos, salir a comer se ha convertido en casi una rutina y ya un poco aburrido. Pero ahora hay restaurantes interesantes que se han convertido en toda una atracción con una configuración inusual y cocina exótica.
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Hospitalis – Riga, Letonia
Lo usual es que un comensal se diriga del restaurante al hospital en caso de una mala digestión de la comida. Pero, aquí es al revés. «Hospitalis» es un restauran que se encuentra en Riga, la capital de Letonia, que recibe a los turistas para que disfruten de la cocina letona abundante y europea en un maravilloso lugar que recuerda a una sala de atención médica.
En efecto; el comensal se recuesta en un sillón de dentista, mientras que las enfermeras vestidas con uniformes ceñidos ofrecen el menú y llevan la comida … ¡hasta le pueden dar a la boca si se le permite! Elegante y estéril, Hospitalis ofrece lo mejor de la comida internacional así como de la culinaria europea.
Solo Per Due – Rieti, Italia
Para la experiencia gastronómica más íntima que el mundo tiene que ofrecer hay que viajar a Rieti, una ciudad del centro de Italia, donde se halla el restaurant, Solo Per Due, de renombre a nivel mundial localizado específicamente en el idílico pueblo de Vacone.
El concepto es simple: las delicias de temporada se hacen a mano cada día y se sirven acompañados de toda la atención del personal del restaurante. A menudo citado como uno de los más pequeños del mundo Solo Per Due se encuentra en un atractivo edificio del siglo 19 y están decoradas con lujosos muebles de Chesterfield y candelabros brillantes.
Allí, los huéspedes pueden tomar rodeado de plantas exóticas en el verano, mientras disfruta de las vistas del valle o disfrutar del calor de una chimenea crepitante en invierno.
‘S Baggers – Nuremberg, Alemania
Este restaurante al aire libre trae un concepto ingenioso en el negocio de la gastronompía : el camarero automatizado. Ubicado en un gran patio de un antiguoalmacén, allí se garantiza la absoluta precisión donde los comensales utilizan pantallas táctiles para ordenar,sin odiosas esperas ni camareros olvidadizos.
Una vez que se hace el pedido, hay que esperar poco tiempo para que los platos lleguen a las mesas por una especie de carriles de metal deslizantes que bajan directamente a las mesas.