Desde la prehistoria hasta la época medieval, el pasado está vivo en Irlanda. El mito y la leyenda son frecuentes que se ven reflejados en sus monumentos, lugares sagrados, o las ruinas de un monasterio.
Y si de una maravillosa experiencia durante la temporada estival se trata hay que tener en cuenta a Antrim, una gran ciudad costera al noreste de Irlanda del Norte en la rivera del río Six Mile Water y a 35 km al noroeste de Belfast en tren. Y es que es el punto de partida para un recorrido para compenetrarse con los paisajes costeros y valles pintorescos.
La carretera A2 lleva a Belfast a través de sus impresionantes paisajes donde el interior son los cerros y cañadas. Cabe destacar que en la costa norte de Antrim se encuentran la atracción más conocida de Irlanda del Norte, la Calzada del Gigante. Este fenómeno geológico famoso, conocido por sus columnas poligonales de basalto en capas es el resultado de una erupción volcánica de hace 60 millones de años.
También es atrayente una visita a White Park Bay, que tiene una buena playa de arena, dunas, acantilados, y un sendero natural. Y al sur de la Calzada de los Gigantes se localiza el pueblo de Bushmills, el hogar de la destilería. Un tour se ofrece que le da todos los detalles de la historia y la cata de whisky. La antigua casa de los hornos de malta cuenta con un pequeño museo.
Y si no hay temor a la salturas hay que atravesar el Carrick-a-Rede Rope Suspension Bridge (National Trust) al este de Ballintoy a lo largo de los acantilados Larrybane; un puente de 80 metros de largo suspendido a 60 metros de altura.
También sobresale el Castillo Dunseverick, uno de los primeros Irlanda. Está en un promontorio separado del continente con un precario camino que va desde el castillo hasta la Calzada del Gigante. Ofrece un museo que cuenta con colecciones y exposiciones que incluyen uno en la armada española, locales artefactos marinos, fotos, colecciones de fósiles y minerales.
Por ora parte, Ballycastle se encuentra a los pies de la montaña de Knocklayd. Su larga playa de arena hace que sea un centro turístico popular. En julio, la ciudad se viste de gala con música irlandesa y festival de danza. De allí, el visitante puede tomar un ferry a Rathlin Island, a seis millas de distancia y que es una isla rodeada por acantilados blancos que alberga miles de aves marinas en el verano.
Y tierra adentro desde Cushendun se encuentra Glendun, una de las nueve cañadas de Antrim atravesado por un río que corre por el camino para dirigirse hacia el sur que conduce a las ruinas de Old Church rodeado de un montón de piedras megalíticas hasta llegar a Cushendall, una torre del siglo 19.
Foto Vía glenburngalgorm