Por un lado se puede decir de Milo que es una de las islas griegas menos saturada de turismo. Pero, por esto mismo, es por lo que nos decantamos hoy por ella, ya que así podemos visitarla con mayor naturalidad y encanto. Situada en el corazón del Mar Egeo, pertenece al archipiélago de las Cícladas y es una isla de origen volcánico.
No hay muchos cruceros por las islas griegas que se detengan exclusivamente en Milo, pero si tenéis la oportunidad de abordar alguno, no lo dudéis. Su nombre estará siempre asociado a la célebre Venus de Milo, estatua que fue encontrada en esta isla. Es pequeña, apenas 12 kilómetros de norte a sur y 23 de ancho. Cuenta con dos rincones principales, Milo (o Plaka) su capital, y Polonia, aunque tiene otras cinco poblaciones más pequeñas.
Destaca asimismo por su puerto de Adamas y su cima más alta es la de San Elías, con 751 metros. Precisamente Milo es una isla con curiosas formaciones rocosas, algunas de ellas parecen vagar eternamente sobre las aguas del mar. A estas formaciones rocosas se le unen sugerentes y apacibles playas, como la de Tsigrado, la de Sarakiniko o la de Firiplaka, por citar apenas tres de sus más de 70.
Toda la isla es un enjambre hermoso de olivos, naranjos y viñedos. La belleza del paisaje se funde con la riqueza histórica y cultural. Se mezclan infinidad de colores que van del verde de la naturaleza hasta el blanco y negro de la arena de sus playas, junto con el azul turquesa del mar. Por algo es conocida como la isla de los colores.
De ahí que la primavera sea una de las mejores épocas para reservar aquellos cruceros por el Mediterráneo que tengan escala en Milo. Las vistas de su paisaje y el olor intenso de sus flores convertirán esta isla en un destino embriagador. Más adelante, en los primeros meses otoñales, las puestas de sol caen en Milo como un magnífico telón nocturno.
No olvidaros de visitar Milo, la capital, con su museo arqueológico, que alberga una magnífica colección de piezas encontradas en la isla a lo largo de los siglos (entre ellas una réplica del siglo XIX de la Venus de Milo). Asimismo cerca de Milo también encontramos un anfiteatro y varias catacumbas.
Foto Vía Greece Travel