Veníamos en coche de visitar Mónaco y nos disponíamos a hacer una pequeña parada en Cannes cuando, a unos ocho kilómetros de llegar descubrimos la pequeña población de Mougins, uno de esos tesoros medievales atrapados en el tiempo. Ante un lugar así no pudimos por menos que dejarnos llevar por su embrujo de calles, callejuelas y pequeñas plazas de piedra.
Apenas pudimos estar unas horas, pero os recomendaría Mougins para unas vacaciones de relax. Se trata de un pequeño pueblo completamente rodeado de bosques. La naturaleza se une al encanto de su silueta de piedra. Tanta es la admiración que sienten los turistas aquí que, cuentan sus habitantes, Picasso vivió quince años de su vida en Mougins, fascinado por la quietud y el aroma a belleza de este rincón.
Precisamente fue aquí en Mougins donde, el 8 de abril de 1973, fallecía el genial pintor malagueño. Paseando por sus calles uno imagina al artista sentado a la sombra de los árboles, disfrutando de los últimos coletazos de la vida. A nuestro alrededor pequeñas tiendas de antigüedades, tabernas y restaurantes, y Notre Dame de Vie, una pequeña iglesia del siglo XVII que alberga un retablo del siglo XVI, y en el que se alojó Picasso. Desde la iglesia se tienen unas vistas preciosas de la Bahía de Cannes.
Además del encanto que supone perderse en el entramado de sus callejuelas, en Mougins tenéis que visitar el Museo del Automóvil, con una colección de grandes coches de lujo, desde Ferraris hasta Rolls Royce. Cada mes de enero las exposiciones versan sobre el Rally Dakar y las 24 Horas de Le Mans. También merece la pena ir al Museo de Fotografía, con retratos hechos por Picasso y fotos de fotógrafos franceses.
Cuando abandonamos Mougins y llegamos a Cannes, echamos muchísimo de menos la tranquilidad de esta pequeño pueblo. El bullicio de la costa mediterránea no tiene nada que ver con lo que sucede apenas a diez minutos en coche más al norte. Aquel pueblo provenzal, enroscado en forma de caracol sobre la colina, y que vio morir a uno de los más grandes artistas del siglo XX, es sin duda uno de los más bonitos del sur de Francia.
Foto Vía Avignon et Provence