Es imposible no quedar impresionado en un viaje a Croacia. Primero por lo impresionante de sus ciudades y paisajes, y segundo porque no esperas que haya tanta belleza en este rincón de Europa. Hoy os queremos presentar uno de los lugares que más me gustaron, aunque resulta difícil escoger entre todos.
Se trata de Opatija, un rincón donde el mar y la montaña se funden en un abrazo perfecto de verde y azul. Opatija está situada frente al Mar Adriático, apenas a 15 kilómetros de Rijeka, en las estribaciones del Parque Natural de Ucka. Las playas vírgenes en verano y las montañas en invierno hacen de este lugar un rincón para cualquier época del año.
En cualquiera de tus viajes, Opatija se presentará hermosísima, con su Bahía de Preluk, muy animada y conocida entre los pescadores locales, además del puerto de Lovran, a seis kilómetros de Opatija, y el Parque Nacional de Paklenica, con los cañones de Velika y Mala Paklenica.
Opatija cuenta con algunas de las playas más bonitas de Europa. El turismo comenzó a llegar aquí a mediados del siglo XIX, cuando el rico comerciante italiano Iginio Scarpa se construyó aquí una preciosa villa en la costa, Villa Angiolina, que aún puede verse en la ciudad, y que hoy en día alberga el Museo Croata de Turismo. Durante más de un siglo ha servido como alojamiento de turistas.
No en vano durante el pasado siglo fue conocida como la Niza del Adriático. Entre sus turistas más importantes se encontraban el emperador Francisco José y su esposa Elisabeth, además de otros miembros de la familia de los Habsburgo. Y es que los hoteles en Opatija, con su elegante decoración y sus exhuberantes jardines os harán sentir como reyes.
La costa de Opatija es también un lugar especial para hacer excursiones. La ruta turística de la costa, con sus 12 kilómetros, os dará la oportunidad de ver pueblos pintorescos preciosos, como Icici o Ika, todos ellos situados muy cerca los unos de los otros.
Dentro de Opatija se puede visitar, por ejemplo, la Iglesia de San Jacob, construida en el siglo XV frente al puerto sobre una antigua abadía benedictina. Precisamente, Opatija significa abadía en croata. El pueblo creció alrededor de esta antigua estructura, que pasó de ser un tranquilo pueblo de pescadores a un balneario de vacaciones en el siglo XIX.
Llegar a Opatija es muy fácil, ya que apenas a 16 kilómetros se sitúa el Aeropuerto de Rijeka. Hay un autobús que va directamente desde el aeropuerto hasta Opatija. También hay trenes desde las principales ciudades croatas hasta Rijeka, e incluso desde Viena o Ljubljana.
Foto Vía Tripadvisor