Es toda una experiencia recorrer aquellas ciudades en que la historia esté presente a cada paso. Es el caso de Praga, la capital de la República Checa que con más de un millón de habitantes, es también conocida como La Ciudad Dorada que atrae por el encanto de su centro histórico lamado Staré Mesto, o La Ciudad Vieja.
Esta zona se encuentra en el río Moldava que se ha incluido en los Sitios Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y es que Staré Mesto constituye la zona histórica y más turística de la ciudad preferida para pasear por los visitantes.
Lo cierto es que La Vieja Ciudad tiene muchos edificios y sitios históricos cuyos orígenes se remonta a la época de los primeros asentamientos alrededor del siglo IX, donde Staré Mesto era solamente algunos caseríos localizados cerca de la ribera del Moldava.
Hasta que en el siglo 12, se instala un mercado que gracias al comercio los mercaderes la zona se enriqueció por lo que el rey Vaclav I le otorgó ciertos privilegios fundándose el pueblo de Mesto Prazske (Praga).
Solamente basta dase un paseo por su casco antiguo para quedar impresionados por su Ayuntamiento así como otros famosos sitios como la Puerta de la Pólvora, la Casa Municipal, el Teatro, la Plaza Vieja, el Reloj Astronómico y la Iglesia de Nuestra Señora que se construyó en 1365 de estilo gótico.
Un detalle histporico es que la plazuela del casco antiguo ha sido el foco principal desde el siglo 10 siendo testigo fiel de levantamientos, ejecuciones hasta convertirse hoy en un lugar muy comercializado con sus restaurantes y tiendas.
Cabe anotar que al otro lado del río Moldava se encuentra la llamada Ciudad Pequeña, denominada Malá Strana por lo que éstas dos secciones de la ciudad se encuentran conectadas por el Puente de Carlos.
Foto Vía emeraldbg