Desde que tuve la ocasión de verla, ando perdidamente enamorado de Praga. Tanto la Praga de día, como la que se esconde detrás de la luz y juega con las sombras de la noche. La capital del Sacro Imperio Romano, la Praga que se balancea sobre el tobogán del río Voltava. No podréis resistiros a la tentación de la magia de Praga.
Hay muy buenos hoteles baratos Praga que os servirán para alojaros en la ciudad. Hay muchas cosas que visitar en Praga. Podemos empezar nuestra visita en el Castillo de Praga, ubicado en una pequeña colina, y quizás uno de sus símbolos más llamativos. Desde la cima del castillo tendréis toda Praga a vuestros pies. ¿Sabíais que es el castillo más grande del mundo?.
Al bajar del castillo podemos adentrarnos en la ciudad vieja, el centro histórico. Allí veréis la Iglesia de Tyn, de estilo gótico, el Reloj Astronómico de Praga o el monumento a Jan Hus. Hay tantas cosas por ver en las callejuelas y plazas de esta parte de la ciudad…
Desde allí, tendréis la oportunidad de atravesar otro de los grandes símbolos de la ciudad, el Puente Carlos. Fue construido en el siglo XIV, y tal vez sea uno de los puentes más fotografiados del mundo.
Además de todo esto, hay lugares que no os podéis perder en Praga, como el Puente de la Torre en Mala Strana, la Torre Jindrisska, Vysehrad, el Monasterio de Strahov, el Museo Nacional Checo, el Museo de Bellas Artes y el Museo de Mozart y Dusek.
Además de la posibilidad de ver todos estos monumenos a pie, existen los típicos cruceros a través del río, una experiencia inolvidable, sobre todo si la hacéis de noche, cuando la panorámica de Praga es mucho más deslumbrante.
Estoy seguro que os ocurrirá como a mí. Volveréis prendados de esta ciudad, un lugar a descubrir.
Foto Vía Wilson França