Cuando uno evoca el nombre de Madeira posiblemente se nos venga a la mente la sugerente postal de una playa de arena blanca y aguas cristalinas. Pero este archipiélago atlántico cuenta además con otra serie de atractivos que lo hacen merecedor de una escapada.
Uno de esos atractivos son sus pueblos pintorescos, y hoy queremos llevaros hasta Ribeiro Frío, situado apenas 15 kilómetros al norte de Funchal, un rincón rodeado de tierras vírgenes, en el corazón del Parque Natural de Ribeiro Frío. El pueblo en sí no tiene demasiado que ofrecer, sin embargo el entorno que le rodea recompensa con creces nuestras vacaciones Madeira.
El parque natural que rodea la población está segmentado en una serie de pequeñas montañas. Si entramos en el pueblo, junto al único restaurante que encontraremos, se sitúa su conocida piscifactoría de truchas. No creais que esto es un simple criadero de truchas, ya que se trata de un jardín exhuberante estupendamente bien cuidado. Los estanques con las truchas están construidos en ladrillo y pueden verse fácilmente nadar los peces.
Otra de las visitas curiosas que se pueden hacer en esta población es la Loja do Ambiente. En este edificio se enseña, de forma amena y educativa, a cuidar de la isla y sus atractivos. A decir verdad, no se puede considerar una atracción turística en sí, pero sí que, en ocasiones, se organizan visitas guiadas en portugués e inglés.
En nuestro paseo por Ribeiro Frio, rodeados de una exhuberante vegetación, tendremos la oportunidad de oir pájaros cantores, como la paloma trocaz, conocida también como paloma de Madeira, el ave más pequeña del archipiélago, así como abubillas y pinzones. Además casi todas las rutas nos llevan hasta los Balcoes de Madeira, desde los que se obtienen unas vistas panorámicas sencillamente espectaculares.
Esta última ruta que va de Ribeiro Frio a los Balcoes atraviesa exhuberantes bosques de laurisilva. Al adentrarnos en ellos casi olvidaremos todo lo que dejamos atrás. Al término de la ruta, unos 30 minutos de caminata, nos esperan los Balcoes sobre el Valle de Metade.
La mayoría de los turistas llegan hasta Ribeiro Frio en excursión desde Funchal, especialmente a la hora del almuerzo. Un pueblo pequeño que ofrece el atractivo de una naturaleza refrescante y verde. Un oasis de paz en medio del bullicio turístico de una isla de ensueño.
Foto Vía Fotos del Mundo