A orillas del Duero, en la provincia de Valladolid, se encuentra la localidad de San Bernardo, lugar en el que se sitúa el Monasterio de Santa María de Valbuena.
Primer lugar donde, a partir del siglo XII, comenzó la siembra de vides que con los años se transformaría en una Denominación de Origen de los Vinos Ribera del Duero conocida a nivel mundial.
Con menos de 250 habitantes posee 1146 hectáreas de superficie de las cuales la mitad son monte, pinar y ribera y el resto área de cultivo.
Su bonito paisaje en la zona llana posee gran cantidad de vegetación con un clima excelente y una atmósfera libre de contaminación.
Fue en 1950 cuando el Instituto Nacional de Colonización compró la finca donde hoy se encuentra el poblado que fue habitado por quienes dejaron el pueblo de Santa María de Poyos en Guadalajara, que según cuentan algunas leyendas las aguas se llevaron el lugar cuando se construyó el embalse de Buendía en Sacedón. Por ello, la fiesta más importante de Santa María de Valbuena es el 17 de junio fecha en que llegaron los colonos desde Guadalajara.
Una visita ineludible al llegar a esta población es el Monasterio de Santa María de Valbuena construido en 1143, fecha en la que doña Estefanía de Armengol, hija de Armengol V, conde de Urgel hace la donación de unas tierras junto al Duero con la idea de edificar un monasterio de clausura, siendo los primeros en habitarlo los monjes franceses en 1151.
Fue durante los siglos XII y XIII la etapa de mayor crecimiento tanto material como espiritual del Monasterio, a pesar de su sobriedad que se puede ver reflejada en la pureza de sus trazos, su estilo elegante y un claro ejemplo de la transición del estilo románico al gótico.
Los detalles exquisitos los hallaremos en todos los lugares pero en la capilla podremos apreciar la influencia del siglo XIII con frescos magníficos ejemplo del gótico lineal en Castilla.
Posteriormente, en el siglo XIV tanto las pestes, como las guerras y el gran descenso de los conversos, sumado al cambio de estructura que se operó en la sociedad de la época llevaron al monasterio a una gran crisis.
Sólo la llegada del reformador Fray Martín de Vargas desempeñando el cargo de abad pudo convertir al Monasterio en Sede de la Congregación de Castilla. Una buena administración por parte de este personaje permitió que el convento renaciera económica y artísticamente.
Ya en el siglo XIX el Barón Kessel compró el lugar y luego lo vendió a Juan Pardo permaneciendo como parte de sus propiedades hasta 1950 cuando pasa a manos del Instituto de Colonización y en 1967 el arzobispo de Valladolid lo cede a las «Edades del Hombre» pasando a ser la sede de esa fundación hasta nuestros días.
Esta fundación tiene como objetivo la promoción de la cultura a través del desarrollo, protección, conservación y difusión del patrimonio que poseen las once diócesis de Castilla y León.
Hoy todo este patrimonio se ha transformado en una exposición permanente y las piezas se encuentran repartidas en tres salas. Una muestra que lleva el nombre de «La Huella del cister en Santa María de Valbuena«, exposición puede visitarse en las Salas del Monasterio, de martes a domingo de 10 a 14 horas y de 16 a 20 horas.
Foto Vía: Visentin