Venecia ya es de por sí una de las ciudades más turísticas del mundo. Realmente no hace falta recomendarla, ni siquiera buscar excusas para dejarnos embaucar por su pintoresca belleza. La ciudad de los canales y los gondoleros abre sus puertas cada día a cientos de turistas.
Pero si disponéis de tiempo, nada mejor que planificar vuestras vacaciones Venecia con alguna excursión por los alrededores. Hay varios enclaves que merecerían nuestra atención, aunque hoy nos queremos quedar con Treviso, ciudad situada a solo 40 kilómetros al norte de Venecia, famosa por ser la sede de la célebre marca Benetton.
Estoy convencido que si Treviso estuviera más alejada de Venecia tendría una mayor repercusión turística. Pero a lo largo de su historia ha vivido a la sombra de la ciudad veneciana. Treviso es un lugar encantador, tranquilo y pausado, nada que ver con el bullicio de Venecia. Sus pequeños y serpenteantes canales no respiran el glamour veneciano, pero sí esconden un encanto muy atractivo.
Su centro histórico fue prácticamente reconstruido tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. La ciudad está rodeada de murallas y canales y el río Sile corre presuroso por ellos buscando el corazón de la ciudad. Si llegáis en tren a Treviso solo tenéis que seguir el curso del río para llegar al centro histórico. Allí os esperará a buen seguro la Piazza dei Signori, la más emblemática de la ciudad, donde se sitúa el Palazzo dei Trecento y su peculiar torre.
Tras esta plaza se halla la recoleta Piazza Monte di Pieta, punto de partida de la mayoría de visitas a la ciudad. Se puede tomar la Via Calmaggiore, céntrica arteria comercial que enlaza la Piazza dei Signori y la catedral. Esta iglesia es uno de los edificios más interesantes de Treviso, aunque posiblemente haya otras iglesias mejores. De su visita os recomiendo especialmente la cripta, que cuenta con una magnífica colección de frescos medievales.
Si os gusta lo cultural, en Treviso nada mejor que visitar el Museo di Santa Caterina, la mejor galería de arte y arqueológica de la ciudad. En ella figuran algunas de las obras más notables de Tomaso de Módena, pintor que trabajó en muchas de las iglesias de Treviso. Una de estas iglesias es la de San Francisco y, junto a ella, la de San Nicolás, posiblemente el mejor edificio gótico italiano de Treviso.
Treviso es una ciudad que se pasea. Relajada, tranquila, pintoresca y agradable, un respiro para los que quieren huir del bullicio de Venecia.
Foto Vía Pavel Kostarev