Túnez es un país situado al norte de la costa mediterránea africana, cuya capital es del mismo nombre. Es el país más pequeño del Magreb, ubicado entre las estribaciones orientales de la cordillera montañosa del Atlas y el mar Mediterráneo donde aproximadamente el 40% de este país está compuesto por el desierto del Sahara, mientras que el resto es suelo fértil y adecuado para la agricultura y con 1,300 km de costa.
En la última década este país viene atrayendo la atención del turismo por lo que es una buena opción encontrar los mejores vuelos a Túnez en la web para las ofertas de temporada y llegar sin contratiempos al Aeropuerto Internacional de Túnez-Cartago que se encuentra a 8 km al noreeste de la capital, y al este de la histórica ciudad de Cartago.
Y contrariamente a lo que pueda parecer en un principio, la capital tunecina es algo más que especias , casas tradicionales, camellos y cuscús. Tras sus tiendas se esconden las huellas de diferentes civilizaciones que vivieron en el país y que han convertido la capital y sus alrededores en una amplia muestra de culturas.
Se recomianda un recorrido a La Medina para empaparse del bullicio de sus gentes e impregnarse de los olores de las shishas (pipas de agua) junto a los tés de menta que acompañan a los habitantes durante sus charlas a las puertas de las teterías. En este grupo de callejuelas y pasadizos cubiertos se abre paso a muchas tiendas que venden gran cantidad de productos, desde utensilios de cocina a recuerdos para turistas.
Sin embargo, lo más destacado es la cantidad de monumentos que alberga en su interior entre fuentes, palacios y mausoleos de los períodos almohade y hafsí. Entre ellos destaca la Gran Mezquita o Jemaa az-Zitouna, abierta de 8 a 12 horas, excepto los viernes para los no musulmanes.
Y dejando atrás el casco histórico de Túnez se encuentra Ville Nouvelle, un ejemplo perfecto de la ciudad cosmopolita. Es placentero una camionata por la larga avenida de Habib Bourguiba que recoge en, aproximadamente un kilómetro, los vestigios de una ciudad que no hace mucho fue colonia francesa.
Uno de los edificios más llamativos es el Teatro Municipal con adornos art nouveau y balcones circulares. Otra parada imprescindible en este paseo es la Catedral de St. Vicent-de-Paul, una de las pocas que se ven por la zona y que continúa oficiando misa los domingos.
Si deseas saber algo más de la historia de Túnez debes visitar el Museo de El Bardo. Este antiguo palacio campestre cuenta con una extensa colección de mosaicos que abarcan desde la Edad de Piedra a las épocas cartaginesa, romana, cristiana e islámica.
Más adelante, al norte de la ciudad se halla el parque de Belvédère , que es un lugar perfecto para descansar del calor y del ruido de la ciudad. Lo mejor para llegar al parque es coger la línea 2 de tranvía o el Metro Léger hasta la estación de Palestine.
Foto Vía tuitoi