Se la conoce popularmente como el “París del norte”, por la espectacularidad de sus palacios y edificios señoriales, también se la llama “La Ventana de Europa” e incluso recibe el sobrenombre de la “Venecia del Norte”, por la infinidad de canales que circulan por su superficie.
Ubicada a orillas del río Neva, San Petersburgo es la segunda ciudad más grande e importante de la Federación Rusa, detrás de Moscú. Posee 4 millones de habitantes, que se elevan hasta los 6 millones con su área metropolitana, por lo que es una de las ciudades más grandes de Europa. Al ser una gran capital existen numerosos vuelos a San Petersburgo, aunque para viajar a Rusia es necesario un visado.
San Petersburgo fue fundada por el zar Pedro el Grande un 16 de mayo de 1703. Este zar tenía la intención de abrir Rusia a Europa y para ello ordenó la construcción de una bella urbe que fuera la envidia del viajo continente. Ha tenido varios nombres a lo largo de la historia, como Leningrado o Petrogrado, También fue capital de Rusia, aunque tras la revolución de 1917 la sede del gobierno se estableció definitivamente en Moscú. Caminar pos sus calles, recorrer sus canales y disfrutar de sus amplios y verdes parques es una delicia para el visitante que acuda a conocer la ciudad.
La arquitectura de la San Petersburgo es de inspiración italiana y francesa. Se pueden contemplar diferentes estilos arquitectónicos, desde el barroco hasta el neoclásico. Los dos edificios más representativos de la antigua Leningrado son la Catedral de San Isaac, con su imponente cúpula dorada, y el museo del Hermitage, que es uno de los museos más grandes y conocidos del mundo, con más de 2,5 millones de objetos culturales y obras de arte que provienen de todos los rincones del globo y que abarcan desde la antigüedad hasta el siglo XX.