Altea es, sin duda, una de las ciudades con más encanto que se encuentran en la provincia de Alicante, en la Costa Blanca. La ciudad está a sólo 11 kilómetros al norte de Benidorm, sin embargo, las dos estaciones son mundos aparte.
Altea es similar a otras ciudades de la Costa Blanca en la que tiene un nuevo y viejo barrio. La parte antigua está encaramado en lo alto de una colina desde donde se encuentran puntos de vista realmente espectacular hacia sus bellas playas como La Olla y La Roda.
En definitiva Altea es una ciudad bonita, popular entre los turistas y los que la suerte de poder vivir en la zona, sino que tiene una comunidad de crecimiento y ya convertdio en el destino para las vacaciones de temporada por lo que es recomendable reservar los hoteles en Altea con las ofertas que se muestran en la web.
Altea ha sido conocida durante años como el paraíso de los artistas, ya que aquí han buscado refugio desde siempre poetas, cantantes, pintores, escultores y ceramistas venidos de todos los rincones del mundo como Eberhard Schlotter o españoles tan conocidos como Marisol, Rafael Alberti, Vicente Blasco Ibáñez Francisco o Josh Rouse.
El Altea nombre se deriva de los moros que conquistaron la región que la llamaron Althaya, lo que significa la salud para todos. Durante la última fase del dominio musulmán, Altea perteneció a la taifa de Denia. Fue conquistada en 1244 por Jaime I de Aragón obteniendo carta puebla en 1279.
Altea cuenta con excelentes instalaciones, sin embargo, si se busca diversión por la noche, hay discotecas y bares que bordean sus playas. Lo cierto es que esta ciudad es un paraíso de vacaciones para el turista más exigente que será cautivado por sus calles medievales empedradas, su cuarto libro de imágenes de edad y las delicias de su paseo marítimo rodeado de palmeras.
El ascenso a la parte vieja a lo largo de cuestas empinadas y calles escalonadas revela un amplio horizonte en todo momento y se extiende a lo largo de toda la región de La Marina. La silueta del Peñón de Ifach en un lado y la gama de Hélade por el otro, enmarcan la vista del mar, con las omnipresentes gaviotas barrido a baja altura sobre la ciudad.
Y a ocho kilómetros de Altea, hacia el interior, se halla Polop, un pequeño pueblo rodeado de huertas y pinares, que es altamente recomendable para aquellos que buscan paz, tranquilidad y noches frescas de verano. En cuanto la gastronomía, como con la mayoría de esta región, hay platos tradicionales de arroz que son los que se encuentran la mayoría en el menú español.
En cuanto al clima, Altea cuenta con una ubicación privilegiada y un clima cálido, con una temperatura media anual de 18-20 º C.
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