El barrio de Belem es el barrio portuario de Lisboa. La historia y los acontecimientos que ha vivido se pierden en el devenir de los siglos. Un rincón con encanto, lleno de turistas, en donde sobresalen monumentos como la Torre de Belem o el Monumento a los Descubrimientos.
Pero Belem es mucho más. Os recomiendo llegar andando para disfrutar de la bella arquitectura de las casas del barrio. Posiblemente estamos frente a algunos de los edificios más históricos y pintorescos de la ciudad. En vuestros viajes Lisboa, sin duda, no debe faltar Belem.
Parada obligatoria antes de ver sus principales monumentos es Pasteis de Belem, una famosa pastelería inaugurada allá por 1837. Dicen los lisboetas que vende al día unas diez mil tartas de crema. Sea exagerado o no, lo cierto es que, además de estar siempre llena de turistas y lugareños, merece la pena sentarse a degustar una porción de esta magnífica tarta al amparo del humo del café de la tarde.
Plenamente saciados con la delicatessen del lugar, visitamos el Monasterio de los Jerónimos, construido en el siglo XVI para rendir homenaje al gran descubridor Vasco de Gama (quien pasó su última noche en el monasterio antes de partir viaje hacia la India). Se trata de uno de los mejores edificios de arquitectura manuelina realizados en el mundo. Debió ser increíble, en plena época de los conquistadores, llegar al puerto de Lisboa y encontrarse con esta maravilla desde el mar.
Nuestra siguiente visita es precisamente el Monumento a los Descubrimientos, construido en 1960 para conmemorar el 500 aniversario de la muerte del príncipe Enrique el Navegante. Un monumento en el que pueden verse las figuras de Vasco da Gama, el rey Manuel, Magallanes y muchos otros exploradores de la época. En su interior podemos visitar una muestra para conocer más de cerca la época de los descubrimientos.
Símbolo del barrio, y casi de la propia ciudad de Lisboa, es la Torre de Belem, diseñada en el siglo XVI por Francisco de Arruda. Originalmente se pensó como una fortaleza para defender el puerto pero, a lo largo de los siglos, ha ido teniendo diferentes usos: prisión política, aduana, museo… Hoy está declarado Patrimonio de la Humanidad, y es una de las visitas imprescindibles que debemos hacer en Lisboa.
Después de todas estas visitas, nada mejor que buscar un buen restaurante (que los hay, y muchos) en la zona de Belem y acabar la jornada de la mejor manera. Belem es un barrio histórico y pintoresco que no hemos de perdernos en Lisboa.
Foto Vía The Captain’s Choice Tour