Viniendo del Jardín de las Tullerías, y de camino a la zona de Ópera, nos encontramos en París con la Plaza Vendome, una de los rincones más conocidos e históricos de la ciudad parisina.
Se encargó de su diseño, a finales del siglo XVII y principios del XVIII, el arquitecto francés Jules Hardouin-Mansart, el famoso arquitecto de Versalles, quien ya tenía una amplia reputación en París. Fue el propio rey Luis XIV el que ordenó al arquitecto la construcción de una prestigiosa plaza que acogiera a las diferentes embajadas extranjeras. De ahí que, tanto por su belleza actual como por su historia, sea uno de los lugares de visita imprescindible en nuestras vacaciones París.
Tal vez la mayoría de turistas la conozcan hoy día porque en ella tiene su sede, desde principios del siglo XX, el célebre Hotel Ritz. Sin embargo, hay otros aspectos que destacan en ella. Sin ir más lejos, los edificios que la rodean están catalogados prácticamente todos como monumentos históricos.
Nada más llegar a ella nuestra primera vista se irá hacia la columna central, tal vez en el lugar exacto en el que se erigía la figura del rey Luis XIV, que fue derribada por los revolucionarios. La columna que hoy puede verse estuvo varios años coronada por una estatua de Napoleón, que también fue retirada por los Borbones, quienes colocaron en su lugar tras la derrota en Waterloo una flor de lis, como símbolor de la realeza.
De forma octogonal, hay otros edificios que pueden verse en ella, como el Ministerio de Justicia. Aunque lo que más llama realmente la atención en ella son las joyerías exclusivas que cuentan aquí con importantes tiendas. Nombres como los de Cartier, Chaumet, Piguet o Piray, por citar solo algunos ofrecen sus joyas tan alejadas de nuestros bolsillos. Por algo se la considera una de las plazas más caras de la ciudad y de Europa.
Como dato anecdótico hay que decir que, en el primer piso hoy de la Joyería Chaumet, moría el 17 de octubre de 1849 Frederic Chopin. Una plaza histórica, llena de detalles curiosos y una arquitectura clásica, muy típica de las grandes plazas parisinas.
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